viernes, 12 de diciembre de 2014

¿TIENE ALGO QUE DECIR EL SOCIALISMO HOY?

¿Cómo trabajar por la igualdad en este mundo global? Creo que esa es la pregunta clave. Mermada la capacidad de los gobiernos democráticos de domeñar a los poderes financieros, rota cualquier posibilidad de pacto social que mantuviese en niveles "aceptables" la desigualdad (si es que ello es éticamente asumible), la realidad nos muestra una generalizada pérdida de derechos en determinadas zonas del planeta (en otras, lamentablemente, poco se podría perder), en especial en la UE, y dentro de ella en el arco mediterráneo. Aprovechando (o provocando) la llamada crisis, el ataque feroz a los países del sur de Europa por parte de los diversos agentes que conforman la estructura determinante de "los mercados" (vg. el papel de las agencias de calificación en un determinado momento), ha tenido efectos devastadores. Efectos que se han recrudecido cada vez que, democráticamente, una fuerza de izquierdas ha accedido al poder gubernamental (alguien dirá que por la incapacidad de los postulados socialdemócratas para dar solución a los problemas). No es, en cualquier caso, un efecto inocente.

Contrarrestar la dinámica dictada por esos poderes financieros, requiere un marco de acción igualmente global. Eso solo es posible en un escenario de unidad política territorial amplia. Ese debe ser un primer objetivo común. Hoy una UE convertida en Estado Plurinacional de corte Federal debe ser, por mucho que suene a quimera, objetivo de la izquierda. Sin ese escenario, y hasta tanto, la capacidad de los gobiernos nacionales (y lo hemos vivido en nuestras propias carnes) es no solo escasa, sino frágil. Un intento unilateral de romper los corsés impuesto supone, automáticamente, la exposición a la manada, con graves consecuencias (no juguemos a la ingenuidad).

¿Y entonces? Hasta que ese objetivo de la unidad política sea logrado, las propuestas de la izquierda europea del sur van a tener que combinar planos generales de cierta aceptación de unas reglas exógenas (forzadas hasta el límite que la inteligencia política permita), con micro políticas con mayor grado de flexibilidad. 

En el Congreso del PSOE Andalucía se aprobó la celebración de una conferencia de regiones europeas gobernadas por la socialdemocracia que tendría por objeto intercambiar prácticas de gobierno, explorar nuevas alternativas coordinadas y trabajar en pro de la unión.

Es obvio que el plano más cercano, el municipal, ofrece otras posibilidades. ¿Cuáles? es la cuestión. ¿Tiene la administración local forma de contrarrestar las imposiciones globales? Algo puede hacerse. Veamos qué. 

1) Profundizar en democracia y participación.
2) Utilizar la capacidad impositiva.
3) Educar en valores europeos democráticos.
4) Fomentar los intercambios transnacionales.
5) Iniciativa pública en economía
6) Potenciar la cultura como herramienta de igualdad.
7) Complementar la educación con instrumentos compensadores.
8) Generar espacio público de convivencia e iniciativa.
9) Colaborar para la creación y crecimiento de tejido socio económico de raíz cooperativa.
10) Cooperar con otras administraciones de forma complementaria hacia la equidad.

Y tantas y tantas otras iniciativas.

Eso sí, sin olvidar el empuje, desde el territorio propio, hacia el logro principal: La unidad de la ciudadanía.











martes, 21 de octubre de 2014

PODEMOS, O LA EXPRESIÓN POLÍTICA DE LA BANALIDAD

Antes de leer esta entrada, hay que repasar la que publiqué en abril de 2014 en este mismo blog sobre el concepto de BANALIDAD. Si, a pesar de todo, se renuncia a ello, a modo de flash resumen, lanzaré dos ideas. La sociedad española actual, a fuerza de sufrir un desmantelamiento ético propiciado desde la mayoría de los medios de comunicación de masas, ha abandonado (generalizo) la reflexión y ha sustituido los mecanismos de conformación de ideas y convicciones por un modelo de permeabilidad, cuya característica esencial es la de una  "fácil digestión", una superficialidad que impregna aunque no cale. De esta manera, el pensamiento crítico, machacado mediante programas basura, debates espectáculo, una política informativa especializada en destruir, se ha reducido a su mínima expresión. 

Esta banalización, en la que la información se quiere solo en titulares, sin matices, sin necesidad de mucho análisis, se extiende como un virus y tiene un primer síntoma claro el atontamiento, la anestesia. 

Lejos de intentar combatir semejante deriva hacia una superficialidad extraordinariamente peligrosa, las organizaciones encargadas de velar por los valores esenciales de cualquier sociedad que se quiera democrática (y por ello, solidaria, igualitaria -como búsqueda-, justa) se han sumado a esa descomposición y adaptado sus modelos de actuación y, sobre todo, de propaganda, a esa corriente electoralista, populista, demagoga, que pasa por determinar qué quiere oír la gente y decírselo, sin complejos aún cuando lo que estén haciendo (intencionadamente) sea lo contrario. El contrato electoral perdió valor absoluto  y hoy es papel mojado. Lo prometido, lo comprometido, lo contratado por el voto, se olvida al día siguiente y se hace por dos motivos (que no razones). El primero es evidente. Lo prometido no forma parte del modelo que la formación en cuestión representa, es, desde el inicio, una engañifa. El segundo nace en el convencimiento de que tal incumplimiento será olvidado de inmediato y disuelto en el mar de estímulos que recibimos a diario y que ya no podemos computar con la suficiente profundidad.

¿Y Podemos? ¿Qué significa en todo esto? Desde mi punto de vista, el culmen por ahora de adaptación a la sociedad de la banalización lo representa este teórico movimiento social en trance de transformación, ahora mismo, en formación política al uso. ¿En qué baso mi afirmación? Contra la praxis misma de los dirigentes de ese "movimiento social", intentaré no fundamentarla en descalificaciones al uso, o sea en simples clichés cuya principal virtualidad deviene de la simple repetición. A la falsa verdad asumida por la reiteración sistemática, coral, planificada -una vieja estrategia- antepondremos el argumento (en la primera de sus acepciones RAE).

Podemos es una formación con un liderazgo muy concentrado y, al tiempo, muy poco democrático, con ribetes maoistas (recuérdese que la papeleta de voto de Podemos en las elecciones europeas incluía como "logo identificador" una foto del "líder"). No es casualidad que uno de los principales debates de su conferencia fundacional sea precisamente esa, la cuestión del liderazgo, en la que el impulsor de Podemos, el "líder", aboga por una dirección unipersonal (sin explicar cómo casa eso con una multiplicidad de voces de las que, en teoría y apariencia, salen las directrices de las que el "líder" es solo ejecutor).

No es baladí la cuestión del nacimiento y fortalecimiento de Podemos alrededor de la figura del "lider". Su catapulta han sido los debates televisivos en los que la superficialidad es la clave del éxito. Vence quién simplifica mejor, quien lanza el slogan (nunca el argumento) que con mayor facilidad se deposita sobre el pensamiento superficial colectivo. De hecho, el propio "líder", Pablo Iglesias, afirmó, con absoluta parsimonia, que el verdadero parlamento está en los platós televisivos. Rien, ne va plus.

Diagnóstico sí, tratamiento ya veremos. Cada vez que alguien pregunta por el tratamiento, desde Podemos repiten el diagnóstico. No dirán lo que van a hacer, porque no lo saben. Su éxito entre amplias capas de la sociedad se basa en aprovechar un más que justificado rechazo de las políticas desarrolladas también por el Partido Socialista. Porque el Socialismo ha hecho grandes cosas por este país, pero en los últimos tiempos ha cedido al poder financiero internacional (no discutiré hoy si había alternativa. Ahora es irrelevante) y ha padecido el desplome de credibilidad que ha acompañado a la llamada "crisis" (tampoco entraré hoy en si es un efecto buscado o colateral de la misma el descrédito de la política y sobre todo de la izquierda). La ciudadanía está justamente cabreada. El primero que ha llegado y ha dado voz a ese cabreo, sin generar ninguna controversia mediante propuestas, ya hemos visto cómo ha conseguido de inmediato un amplio respaldo social. 

La mayor parte de su discurso está destinado a descalificar a los partidos políticos tradicionales y a quienes militan en ellos, no digamos a quienes tenemos responsabilidad institucional. Somos "la casta". Expresión que han conseguido (extraordinario éxito de marketing) instalar rápidamente en el pensamiento superficial colectivo y retrata, como indeseables, a cualquier responsable público del PP, del PSOE y de la parte "vendida" de IU, amén otras fuerzas menores.  

Ausencia de propuestas reales más allá de generalizaciones para afrontar los retos del día a día. Algo que da mucho miedo, sí. No como quieren ellos porque temamos "perder el poder" (poder que ellos sí aspiran a conquistar, pero claro, ellos son los "puros" -¿de verdad no os suena a casta?-) sino porque tememos el efecto del desgobierno, la atomización social demoledora que puede suponer el intento de poner en marcha no medidas utópicas, medidas erróneas, medidas que podrían significar un retraso histórico para este país, más allá del que la derecha está produciendo.

La banalización en que estamos inmersos lleva a la aceptación de simplicidades. Recomiendo la revisión de una extraordinaria película, "Bienvenido, Mr. Chance", igual les ayuda a comprender por qué mecanismos banales se puede alcanzar el poder. Es una caricatura, pero tiene mayor carga argumental que muchas afirmaciones que hoy son asumidas como "grandes verdades", a fuer de ser simplemente  obviedades




domingo, 1 de junio de 2014

ELECCIONES ¿EUROPEAS?

Hemos estado en campaña electoral. Aquí, en Aljaraque, desde el PSOE intentando hacer llegar a la ciudadanía un mensaje nítido sobre la importancia de estas elecciones y sus consecuencias. Solo dos ideas resalto. La primera referida a lo acontecido merced a la política de derechas basada en el mantra "AUSTERIDAD" (luego "tenemos que hacer reformas" o sea recortes). La segunda lo por venir, la necesidad de cambiar el paradigma y hacerlo desde la izquierda europea, hacia una política de estímulos económicos y una mayor unidad, más Europa.

Los comicios se han convertido, sin embargo, tanto en su campaña, en los mecanismos de determinación del voto y en la lectura de los resultados, en un proceso nacional más que europeo. Podía esperarse, aunque era deseable que no fuera así.

El reparto de votos ha producido consecuencias inmediatas. Es lógico. No ha sido el esperado, el previsto. Las claves fundamentales a estas alturas están ya muy trilladas. Descenso de los grandes partidos, atomización del voto, en especial el de la izquierda, surgimiento de una nueva formación política con importante apoyo, "Podemos"... No poca cosa.

A partir de estos resultados se ha desencadenado en el Partido Socialista toda una tormenta, traumática, pero espero que positiva.  El descenso hasta niveles desconocidos del porcentaje de votos al PSOE ha dado lugar a una reacción inmediata cuyas consecuencias, durante el proceso abierto, deben ser buscadas desde la razón, la tranquilidad y la mesura, al tiempo que han de fundamentarse en el mensaje que las urnas y el estado de opinión generalizada en el país está enviando.

El PSOE cuenta con una importante baza a su favor. Tiene un armazón ideológico sólido, cuyos principios no solo no están en cuestión, sino que se encuentran en la base de la demanda social mayoritaria. Lo que no ha producido los resultados esperados ha sido la praxis. Y ello, por varios motivos. Los externos, los impuestos, que existen, no son objeto de este artículo. Requerirían de uno específico siquiera para su esbozo. Los internos, aquellos que devienen de las estrategias, las tácticas, las decisiones, los comportamientos y los mecanismos que permiten o generan todo ello, pueden (está en nuestras manos) y deben ser revisados, casi diría regenerados.

Ahora mismo se está produciendo todo un batiburrillo de ideas, opiniones, análisis, propuestas que requieren de una necesaria ordenación. Creo que está bien, que es positivo, que denota vida, que tal maremágnum de expresiones demuestra interés, preocupación por lo público, por los problemas de las gentes y la necesidad de buscar soluciones, Creo también que el debate esconde, como en todo asunto humano, su parte de intereses personales o de grupos concretos. Eso también forma parte de la normalidad. Hemos de aprender a distinguirlos, sopesarlos, tenerlos en cuenta...

¿Qué nos queda por delante? Varias cosas. La primera debe ser, incuestionablemente entiendo, más democracia interna como principal garantía de dos preceptos esenciales: que la práctica política devenga de la propuesta ideológica y, por ende, programática. Que esté producida desde un estricto marco ético. La segunda, un cambio en el orden de prioridades del fundamento de las decisiones, menos cortoplacismo, menos pretendido electoralismo, mayor coherencia. Podríamos seguir así enumerando una larga serie de necesarias acciones. Solo apuntaré una tercera, el imprescindible respeto de la verdad. Más transparencia, si, pero sobre todo respeto de la verdad. ¿Utopía? Es posible, pero más nos vale.

Una última cosa. La necesaria regeneración a que aludíamos ha de hacerse extensiva al conjunto de la sociedad española. Cuarenta años de dictadura malearon un país que en la transición cambió buena parte de la superficie, pero no resolvimos todos los problemas. De entre ellos, uno me preocupa de manera especial. La truncada cultura democrática fue sustituida por un corpus ajeno a lo honesto, a la honradez como motor íntimo de nuestro quehacer individual y, por ello, colectivo. Aún queda ahí también mucho trabajo.




jueves, 1 de mayo de 2014

UNO DE MAYO

En plena aparente victoria de la derecha política financiera, con Rajoy "muy contento", hay que entender que después de haber conseguido sus objetivos, las organizaciones sindicales UGT y CCOO siguen llamando a trabajadoras y trabajadores, estén en activo, en desempleo, en situación de jubilación, a manifestar su claro rechazo a las medidas que se han tomado, que se están tomando, y a sus consecuencias. Se pierden empleos, pierden calidad los que quedan, se pierde protección social, se pierden derechos, se aumenta la desigualdad, se incrementa la pobreza... Hay motivos para la lucha.

Mucha gente, de esa que pierde su empleo, o calidad en el que mantienen, o ha perdido la protección social, o derechos, o son más pobres, no solo renuncian a manifestarse, a luchar por todo lo que les quitan, sino que ven con malos ojos que otros lo hagan. Han perdido a sus ojos la legitimidad para la protesta, o lo que puede ser aún peor, nada de todo esto les interesa.

Quienes están en desempleo, o explotados en empleo precario, o sufren cualesquiera de los efectos de las políticas del PP y renuncian a la lucha, más allá de aquella que pueda conducirles de manera individual a una salida personal, no creen, no han creído nunca o perdieron la confianza por el camino en las organizaciones sindicales. Creo que buena parte de la aparente victoria de la derecha político financiera tiene como sustento ese haber conseguido que muchos trabajadores y trabajadoras, muchos ciudadanos y ciudadanas, hayan dejado de ver a las organizaciones sindicales como lo que son, una herramienta esencial para el logro COLECTIVO de mejoras, de derechos, de igualdad, de justicia social.

Reconozco que la aparente victoria de la derecha político financiera es también aparentemente clara. Ha ocurrido otras veces. Pero la búsqueda del ideal de justicia social nunca muere. Todo lo más, como el agua, buscará los recovecos para lograr sus objetivos. Por eso expreso todo mi respeto, toda mi admiración, por quienes continúan, desde una profunda honestidad, desde un convencimiento personal íntimo e intenso, dando buena parte de su tiempo (o sea de su vida), de su esfuerzo, por lograr para TODAS Y TODOS esa igualitaria justicia anhelada. Y comprometo una vez más mi modesta participación activa en esa lucha. ÁNIMO, FUERZA, VALOR para cada uno de los 365 primeros de mayo de cada año.


sábado, 19 de abril de 2014

EL LADRIDO (INTERESADO) DE LA DERECHA

Una filtración, probablemente interesada, da lugar a una deformación manipuladora. Después viene el exigir explicaciones, el instar responsabilidades, el sacar los pies del plato. El ladrido de la derecha provoca, como un eco, nuevos ladridos, cada vez más fuertes, más agresivos. Su finalidad, ensuciar la acción política. ¿Para qué?, preguntará alguien con razón. Para provocar desafección. Una enfermedad que afecta a quienes profesan pensamientos de izquierda, críticos, no domesticados. Una patología a la que los seguidores de la derecha son inmunes. 

Desde el año 2000, la oscilación de voto a PP en las generales ha sido de 1.000.000 de votos, la del PSOE de más de 4.000.000. He ahí una prueba evidente.

A la derecha le beneficia el descrédito de la política, incluido aquel que deviene de actuaciones de la propia derecha. No le desgasta. Al PSOE, un clima de desapego le genera un daño evidente. 

¿Podría ocurrir entonces que el caso Bárcenas acabara pasando una factura mayor al PSOE que al PP? Sería irónico, pero no descartable. 

La pregunta siguiente es obvia: ¿Cómo se evita la injusta paradoja? Mucha gente cree que la respuesta está en la educación. Como creo que no se refieren, no puede ser que se refieran, al sistema educativo, acabo cayendo en un pesimismo al que busco una salida. ¿Quién educa hoy? ¿En qué valores? 


lunes, 14 de abril de 2014

LA MUERTE DE ERNESTO LACLAU

Recién escritas estas dos últimas entradas sobre el curso de la UNÍA "Democracia y Participación" en el que ha tenido un papel esencial el profesor Dr. Ernesto Laclau, conocemos su muerte repentina en Sevilla, ayer domingo. Sorpresa, estupefacción, y dolor por su pérdida. De tenerlo aquí, tan lúcido, tan brillante, tan íntimamente alegre, a conocer que lo hemos perdido. Nos queda su ejemplo y su pensamiento. Habremos de seguir bebiendo de él. Ya le estamos echando de menos. No sobran los hombres imprescindibles... Mi pésame a su familia, en el más amplio sentido.
                         

domingo, 13 de abril de 2014

LA BANALIDAD COMO ANESTESIA

El Dr. Luis Miguel Romero Rodríguez, de la Universidad San Martín de Porres, de Venezuela, en el marco de una mesa redonda sobre "Sociedad civil Vs Sociedad económica" celebrada en La sede iberoamericana de La Rabida de la UNIA durante la celebración del curso "democracia y Participación", presentaba un esquema de la concentración de la propiedad de medios de comunicación en España extraordinariamente revelador. Con todo, me pareció aún más interesante su definición de la desinformación en la sociedad actual. En cierta forma casaba con una de las observaciones que yo mismo planteaba en el coloquio posterior a la conferencia del Dr. Juan Jesús Mora sobre Democracia Participativa. Apuntaba entonces como uno de los mayores peligros para el propio sistema democrático, entre otros, al modo de construcción de los valores sociales y personales. Tendría hoy que añadir que a la propia naturaleza, por tanto de esos valores. 

El punto de encuentro entre los postulados del Dr. Romero Márquez y mi observación vengo a concretarlo en un concepto utilizado por él mismo durante el coloquio referido: la banalidad.

Apunto al que considero mayor problema de raíz en nuestra sociedad occidental. ¿En qué ocupamos nuestro pensamiento? ¿En qué ocupamos, pues, nuestra vida? Décadas de bombardeo audiovisual bien programado nos ha guiado hacia la sociedad del consumo. Asumida la máxima que liga felicidad (o simple satisfacción personal) con posesión (a veces ni tan siquiera es necesario el disfrute de lo poseído), se inicia una deriva hacia el egoísmo individualista que mata el ansia de justicia social (con frecuencia, no dejándola ni nacer). 

Se supedita todo -para lo que nos interesa ahora, en especial la moralidad- al logro de la satisfacción o, incluso, a su perspectiva. No se cuestiona, en ese escenario, la forma. Interesa el resultado. Se explica así que, en época de bonanza, se respalde democráticamente, es decir por voluntad de una mayoría, a dirigentes públicos que están incursos en claros casos de corrupción delictiva. De hecho, solo se puede explicar así, por la anteposición de los intereses personales a los principios (aquellos de los que Groucho Marx afirmaba tener repuestos si no nos gustaban) que debieran regir una sociedad que se quiere democrática y, por ende, corresponsable por participativa.

Para adormilar cualquier atisbo de conciencia, para acallar cualquier insumisión de las ideas, para la tranquilidad colectiva, el pensamiento ha sido dirigido hacia la banalidad. De esta forma pueden morir personas en nuestro planeta, por hambre, por guerras, siempre por opresión, que esos acontecimientos, que debieran concentrar todo nuestro esfuerzo como sociedad, no serán nunca "trending topic", tendencia (o a lo peor, si, efímera como todas).

Véanse las tendencias de hoy domingo en la red: http://www.trendinalia.com/twitter-trending-topics/spain/spain-today.html

Lejos de solventar este problema la proliferación de voces, el incremento de puntos de comunicación, la cantidad de mensajes cruzados, lo que podríamos denominar "ruido" no ha venido sino a facilitar la manipulación. Y eso es así porque la masificación inabarcable del volumen de contenidos intercambiados lleva a la preeminencia de los destacados por los amos del canal. Y la capacidad de contrarrestar ese poder está hoy en una minoría (me arriesgaré) intelectual que, no obstante, parece poco dispuesta a salir de una cierta comodidad gremial para zarandear al mundo. Y se va haciendo más que necesario...


sábado, 12 de abril de 2014

DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN

Dirigido por los profesores Walter Federico Gadea y José Ordoñez, de las Universidades de Huelva y Sevilla respectivamente, se ha celebrado en la UNIA, Sede Iberoamericana de La Rábida, el curso titulado "Democracia y Participación". Tema de extraordinario interés en unos momentos como los actuales en que la palabra "desafección" es utilizada constantemente para referirse a la relación de la ciudadanía con la "política".

La presencia de renombrados especialistas, y, en especial, del profesor doctor Ernesto Laclau, un teórico político del llamado post marxismo, con amplia experiencia académica y en el asesoramiento a diferentes dirigentes políticos tanto de su país natal, Argentina, como de su patria de acogida, el Reino Unido, ha dotado al encuentro formativo y de reflexión, de un alto nivel de debate y, cómo no, de aprendizaje para quienes nos acercábamos más desde la vertiente de la gestión política concreta, como es mi caso, frente a un grupo de filósofos y psicoanalistas, cuyas propuestas se enmarcaban, aunque no en todos los casos, en un ámbito más académico, más teorizante.

Más allá de las diferentes temáticas que se han tratado y que intentaré ir desgranando, quisiera poner el acento en esta primera entrega en una cuestión de base. Se hace necesario, y en ese sentido he pedido al profesor Gadea que organice, si cree conveniente, un encuentro específico entre lo que podríamos denominar la vertiente teórica, académica, y la que incluye a quienes están en la praxis política y/o institucional. Me parece absolutamente necesario ese flujo bidireccional de ideas, de propuestas, de criticas, de pensamiento... con objeto de avanzar en aquello que, sin duda, constituirá un objetivo común: aportar a la sociedad vías, acciones que faciliten un progreso igualador, justo, humano...

Creo que quienes nos dedicamos a la gestión política tenemos la obligación ineludible de formarnos, y hacerlo en una dimensión dialéctica, desde la ideología sin dogmatismo. 

Lamentablemente eso no parece ocupar un lugar preeminente en las prioridades del colectivo aludido. Es un craso error. Y se nota, vaya si se nota.



Nota: con mi agradecimiento al Dr. Walter Federico Gadea, a la Vicerrectora Dra. Yolanda Pelayo Díaz y a cuantos han hecho posible este curso. 

viernes, 4 de abril de 2014

DESNUDAR LA PARADOJA

La paradoja que la derecha busca hacer efectiva consiste en lograr una percepción de mejoría, de "éxito" en la gestión económica (la única que le interesa de verdad, aquella que piensa le dará el triunfo electoral) pese a que termine sus cuatro años de mandato en España con peores datos que aquellos con los que comenzó a gobernar.

Cuenta para ello con un formidable aparato propagandístico (me resisto a considerar periodísticos a determinados medios de comunicación) que consigue meter por los ojos de la población, hasta sus cerebros, la idea de que todo marcha mejor, que hemos conseguido "cambiar de tendencia" y que ello ha sido posible "con el esfuerzo de todos". Me resulta especialmente curioso constatar la coincidencia con ese mensaje gubernamental de varias campañas publicitarias, especialmente de la banca, proveniente del mundo empresarial. Tal pareciera -seguramente no será así, digo yo- que los respectivos publicistas se hubieran puesto de acuerdo con Moncloa para coordinar eslóganes e ideas fuerza




No hace demasiado tiempo, coincidiendo con el inicio de este mes, publicaba un tuit que venía a decir que conseguidos los objetivos de la derecha neoliberal, la crisis había terminado. De alguna forma, el mensaje que pretendía transmitir hacía referencia a ese retroceso en las condiciones de vida de trabajadoras y trabajadores determinado por la pérdida de derechos y de libertades. Algun poder en alguna parte debió considerar que estábamos yendo demasiado lejos. 

Producido el daño, logrado el objetivo, una de las consecuencias habría de ser, por lógica, la pérdida del poder político de la derecha. Lo razonable sería que quienes han sido perjudicados dieran la espalda a los agresores. Ahí entra en juego la paradoja. Por eso es importante desnudarla, mostrarla tal como es, una pura engañifa.


El mensaje es bien sencillo. Nos han llevado hasta límites inaceptables de retroceso. Han utilizado para ello el miedo y el engaño a dosis semejantes. Completarán el plan previsto si, además, el daño causado no les manda a la oposición durante años. Evitemos que lo consigan. Será la única forma de recuperar lo esquilmado, reducir la desigualdad agigantada y volver a la senda de progreso. 









viernes, 21 de marzo de 2014

NADIE DUDA DE QUE ESTAMOS SUFRIENDO LAS MAYORES AGRESIONES...

Cuando digo nadie, obviamente hago una generalización no absolutamente correcta, quito a los engañados, a las engañadas, el resto, incluidas aquellas personas autoras de las mentiras que logran despistar (esas son, con seguridad, las que mejor conocen el calado del daño, el procurado y el conseguido) saben que esa afirmación no puede albergar dudas.

Cuál sea el origen causal del porqué de este retroceso en derechos, servicios y libertades colectivas no nos ocupará en esta entrada. Tengo mi tesis, pero necesitaría demasiado espacio para exponerla y argumentarla. Por contra los efectos, reales, tangibles, subsiguientes a los procesos y las estrategias que los han generado, son fácilmente perceptibles. ¿No?

Relacionar uno a uno esos derechos, esos servicios, esas libertades perdidas no creo que sea necesario. Sin duda cada cual tiene en su cabeza, seguramente por orden de afección a su propio entorno, una retahila larga como una lista de compras del mes. Ahorrémonos, por tanto, explicitarlas. 

Ahora bien, si como sostenemos es cierto que esas agresiones son muchas (y añado, graves), lo que se pregunta uno a continuación es cómo hay que reaccionar cuando no se está de acuerdo con esas pérdidas, más aún cuando lo que se defiende y promulga es crecer en derechos, en servicios y libertades colectivas.

Durante la transición, los poetas, las poetisas, entre otra gente del arte, derramaron su palabra para alumbrar caminos hacia la incipiente libertad. Muchas de sus letras se convirtieron en canciones, otras veces la canción usó poesía pretérita que reivindicaba esos mismos horizontes de justicia social. Sirva como ejemplo este poema de Gabriel Celaya musicado e  interpretado por Paco Ibáñez en el famoso concierto en el Olympia de París de diciembre de 1969



https://www.youtube.com/watch?v=-W3rQ0jWnFY

En ella encontramos, con la inusitada fuerza del verso y la música, la respuesta. Es así de fácil, así de difícil, así de comprometido... ¿No lo creen ustedes?


lunes, 17 de marzo de 2014

DE PORQUÉ EL ENGAÑO ES CONSUSTANCIAL A LA DERECHA

Yo sé que suena a afirmación partidista y que, en medio de la mediocridad intelectiva en que nos hallamos inmersos como colectividad, eso será recriminado. Ocurre que siempre he defendido y defenderé el contraste de ideas, desde el convencimiento de la diferencia abismal de bases ideológicas, por tanto de objetivos, que nos separan a quienes profesan un credo neoliberal o a quienes analizamos el mundo desde postulados socialistas. 

Bien es verdad, tengo que aclarar, que parto de una base, núcleo de mi tesis, cimentada sobre la idea de que quienes defienden los privilegios de la minoría socialmente dominante no profesan en realidad ideología, sino que construyen, artificialmente, una imitación de pensamiento que justifique aquello que, a las claras, desde la desnudez cruda, no es más que eso, la perpetuación del sojuzgar.

Frente a ello, también la igualdad desnuda, cruda, pudiera parecer innecesariamente revestida de argumentación teórica, más allá de la contemplación, como mamíferos que somos, de la condición semejante con que llegamos al mundo exterior, ya fuera de la protección materna. Hete aquí, sin embargo, que somos seres sociales, que nos necesitamos. Ocurre que como esa necesidad mutua no ha devenido en un sistema de colaboración entre iguales, sino que, a pesar de la herramienta cultura, la especie sigue instalada en la competencia, originalmente evolutiva, el egoísmo -genético- funciona a sus anchas e impone sus mecanismos. No hemos domeñado del todo, desde la razón, desde la lógica, por tanto desde la ética, el prístino deseo de perpetuarnos frente al otro. Los beneficios que la naturaleza, que la vida en este planeta reserva para los vencedores se han multiplicado en nuestra especie, porque nuestra especie ha logrado avanzar más que ninguna en la capacidad de satisfacer las necesidades, de proporcionar, por tanto placer. Algo que confundimos muy a menudo con felicidad.

En la especie humana no es la fuerza bruta individual la que determina ya la posición en la escala de dominancia. La vertiente social ha generado modos de cooperación grupal que permiten la necesaria opresión para la diferenciación jerárquica por colectivos unidos por el interés común que hemos denominado clases sociales. Digamos que la sociedad humana continúa albergando mecanismos que la herramienta cultura ya nos habría permitido superar, porque nuestra condición racional posibilita modificar, y esa es una de sus características básicas, lo puramente evolutivo, genético, que como seres vivos comportamos.

En un ejercicio intelectual simple, llegamos enseguida al convencimiento de que somos esencialmente iguales, socialmente titulares de los mismos derechos. La explicación de porqué, a pesar de ello, vivimos de manera tan diferente, desde la miseria absoluta hasta el colapso que produce la sobreabundancia, y, a partir de la comprensión de las raíces del modelo,  el ser capaces de producir un cambio igualitario, es la finalidad de la llamada izquierda como conjunto de ideologías.

Frente a ello, la perpetuación en el poder ha de recurrir, como método para lograrla, al engaño masivo. Son muchos más los pobres, los oprimidos, los esclavizados, los alienados, los aplastados, incluso los que habiendo alcanzado ciertas cotas de bienestar permanecen en una especie de limbo rutinario, que los dominantes, los privilegiados. Por eso estos últimos convienen en el engaño para frenar lo que, de otra forma, sería un movimiento imparable hacia la eliminación de esas abismales desigualdades. Los espejismos religiosos, los culturales, han construido toda una maraña doctrinal que actúa como una red inmovilizadora tejida con hilos de falsedad. Frente a ella, el individuo pasa la vida sin tomar conciencia de su posición, bien porque asuma que es una especie de orden natural de las cosas, bien porque ni siquiera llegue a plantearse tal cuestión, bien porque planteándosela, no alcance, obnubilado como está, a encontrar una salida. Para aquellos que, pese a todo, toman conciencia, los privilegiados han preparado otros mecanismos de control. Tarde o temprano hablaremos de ellos.  


martes, 25 de febrero de 2014

¿PODEMOS, DE VERDAD, SEGUIR IMPASIBLES? EL INFORME INTERMON OXFAM

Como verdades que nos golpean en la cara con contundencia: las 85 personas más ricas del mundo poseen en conjunto la misma riqueza que la mitad más pobre del planeta (3500 millones de personas). Casi la mitad de la riqueza mundial está en manos de solo el 1% de la población. La riqueza del 1% de la población más rica del mundo asciende a 110 billones de dólares, una cifra 65 veces mayor que el total de la riqueza que posee la mitad más pobre de la población mundial. Ahora, aquí hay que pararse y releer esos datos. Hay que releerlos porque la dimensión de lo que significan debería provocar un zamarreo en nuestras conciencias que, ojalá, nos despertara de este sopor (inducido pero aceptado) en el que estamos instalados. 

Mucha gente en el planeta se muere de hambre, en tanto las diferencias entre pobres y ricos se acrecientan de manera escandalosa. Y nosotros, desde nuestra orilla, también con problemas, qué duda cabe, les tiramos piedras, pelotas de goma, les  colocamos barreras dolorosamente franqueables, franqueables con dolor y desgarro...

En España, la riqueza de las 20 personas más ricas es equivalente a la renta del 20% de las personas más pobres. Entre 2011 y 2012, el índice Gini, que mide la desigualdad, ha subido a su máximo histórico y coloca a España como el segundo país más desigual de Europa, solo por detrás de Letonia.

Esto no puede seguir así. Intermón Oxfam hace una serie de recomendaciones para variar el rumbo de la política hacia una reducción de la desigualdad, pero esas orientaciones, dirigidas a los participantes en la Cumbre de Davos (esa ciudad suiza donde se reúnen los poderosos del planeta) no van a ser oídas, los ricos no van a dejar de ampliar sus privilegios a costa de los pobres, no si no es por algún motivo, por alguna razón que les obligue. Ahora se trata de que cada una de vosotras, cada uno de nosotros, piense, en conciencia, qué puede hacer para cambiar las cosas. Igual nos vemos en la calle. Al fin y al cabo, desde ahí alcanzamos cada conquista. Si, esas que ahora perdemos a chorro por acción de la derecha.


viernes, 14 de febrero de 2014

DEL COLOR DE LOS CRISTALES

Solemos caer en el error de analizar las acciones (y sus resultados) de la derecha con el prisma de nuestra posición ideológica socialista. Craso error. Con ocasión de un artículo (1) sobre arqueología del litoral onubense, titulaba "El Manhattan paleolítico" la tesis que afirmaba que intentar aplicar un patrón analítico erróneo a las industrias de cantos tallados de la costa de Huelva nos llevaba a la falsa conclusión de que en época paleolítica esto sería una especie de zona superpoblada. Fallaba el esquema, no el razonamiento.

Algo parecido ocurre cuando uno concluye señalando como error, como consecuencia no deseada, determinados efectos (para nosotros) perversos, que, en realidad, son el centro de la diana buscada por la derecha.

Solo un ejemplo, mientras entre enero de 2010 y diciembre de 2011, últimos dos años de Zapatero, se perdieron 316.089 empleos (una tragedia, sin duda), en los dos primeros años de Rajoy, entre enero 2012 y enero 2014, los empleos perdidos ascienden a 1.053.312. Con claridad, una situación que fue nefasta en los años 2008 y, sobre todo, 2009, se estaba reconduciendo hasta la llegada de la derecha. Y ahí entra el desenfoque. Ese repunte en la destrucción de empleo de forma exponencial se considera por mucha gente una muestra de la ineficacia de las medidas del gobierno del PP. Si nos vamos a la lectura que hace el propio partido de Rajoy, estaríamos en una fase necesaria para alumbrar la "recuperación". NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD.

Lo cierto y verdad es que las políticas del PP han dado los frutos esperados. Esa pérdida de más de un millón de empleos es consecuencia directa de una reforma laboral que, aprovechando la llamada crisis, elimina derechos de los trabajadores y las trabajadoras. No se trata ya, y aquí está el elemento diferencial, tanto de un  resultado de la coyuntura económica negativa, cuanto de una acción política intencionada de "flexibilización" de las relaciones laborales (despido barato y fácil, sobre todo) para lograr incrementar (supuestamente) la competitividad (que no la productividad) basándose en un reparto más desigual de la riqueza, incrementando el abismo entre los que más tienen y los demás, llevando, por primera vez en mucho tiempo, a la pobreza a gente que tiene empleo.

La conclusión clara es que el conjunto de medidas que la derecha ha tomado reflejan una acción coherente, basada en principios ideológicos que ahora se atreve a desarrollar por la claudicación de la mayoría social, asustada, desorientada, sin referentes. AHÍ ESTÁ EL VERDADERO NÚCLEO SOBRE EL QUE ES PRECISO ACTUAR. CLARO QUE DE OTRA FORMA, DE OTRA FORMA...



sábado, 8 de febrero de 2014

TERRITORIO Y DERECHA

Artur Mas es de derechas. Esta evidencia, a menudo se olvida. Su apuesta nacionalista se inscribe en la concepción del poder territorial como un poder de clase. La incongruencia de una "izquierda" que se ha convertido en independentista no deja de ser una reacción a la dictadura. La separación del Estado Nacional constituía una suerte de búsqueda de la democracia. Puede que originalmente tal razonamiento tuviera alguna base (el tiempo luego ha aclarado que no), pero el devenir de la historia de este país ha mostrado que la solución había de ser colectiva.

Por supuesto, la violencia como herramienta de determinados grupos radicales independentistas "de izquierda" ha instalado en el inconsciente colectivo la idea de que, en efecto, ese extremismo de retórico origen ¿marxista? tiene tal naturaleza. De ahí que, por ejemplo, en Euskadi, se hable de una izquierda "abertzale" (¿patriota, nacionalista?), en una clara incongruencia porque, y esta es una afirmación de base que condiciona el resto de argumentos, la izquierda, definida como la ideología y la práctica política que defiende los intereses de la clase trabajadora, de quienes están sometidos a la opresión, borra las fronteras artificiales para reconocer y combatir las que se establecen entre las personas. Su "patria" es la de la justicia social, la igualdad entre las gentes, entre sus derechos. Supera por ello lo clánico y lo cultural. Por encima de una lengua distinta, de unas costumbres diferentes, de una construcción cultural propia, la esencia humana cobra fuerza y es la que determina el modelo de relaciones, la construcción política de la sociedad.

Utilizar los usos compartidos, el vínculo personal con un área geográfica (en todo su sentido) para construir un sentimiento de "pertenencia" a un fragmento concreto del planeta (¡ay! los difíciles límites) forma parte de una propuesta de mantenimiento de las relaciones de poder por las oligarquías locales. También la historia, otra vez, nos ha demostrado que las prácticas políticas teóricas de izquierda en un territorio limitado han concluido en fracaso.

Ese "derecho a decidir" que se esgrime como irrebatible argumento democrático esconde una perversa mentira. La pregunta no es si quiere ser independiente o no. Propongo otra: ¿quiere usted tener los mismos derechos, las mismas oportunidades que los demás en un mundo justo e igualitario? A que no se atreven a proponer esa consulta, no digamos a ser consecuentes con la respuesta...


miércoles, 5 de febrero de 2014

LAS VERDADES SOBRE EL EMPLEO, LAS MENTIRAS DEL PP

Nos hemos centrado tanto en el paro registrado, esperando mes a mes su índice para comprobar los efectos, y por tanto la virulencia, de la llamada crisis, que ha pasado desapercibida una consecuencia al menos tan grave como aquel, pero con mayor grado de incidencia en la posible recuperación (alguien tendrá que definir en qué va a consistir esta): el nivel de ocupación. En efecto, hemos fijado más la mirada en el numero de personas que se inscribían como demandantes de empleo, o se declaraban como tales en las encuestas de población activa, que en cuántas trabajaban cotizando a la seguridad social, en cualquiera de sus regímenes.  

Veamos: si fijamos como comienzo de la crisis el año 2008, veremos que en nuestro país podemos considerar el cambio de tendencia a partir de julio, cuando comienza una larga caída del número de personas empleadas, desde las 19.358.953 alcanzadas.

La salida de Zapatero del Gobierno, tras las elecciones de noviembre de 2011, deja, a final del mes de noviembre 17.248.530 personas empleadas. Durante esos tres años y medio de periodo álgido de crisis, con una destrucción galopante del empleo en el sector inmobiliario, han dejado de cotizar 2.110.423 personas. Una sangría importante. La fragilidad del sector de la construcción produce un efecto demoledor.

La llegada al poder del PP, refrendado por una amplia mayoría, se produce como resultado de una percepción social de la derecha y sus mensajes, como auténtica solución a los problemas económicos. De hecho, buena parte de la campaña electoral se centra en promesas de recuperación cuasi inmediata porque el PP de Rajoy va a dar confianza y esa confianza traerá por si sola la mejora económica generalizada.

En enero de 2014, tras veintiséis meses de gobierno del PP, el número de personas ocupadas ha descendido a 16.173.160. Es decir, 1.045.370 han perdido su trabajo en este tiempo. Ello a pesar de que lo más duro, el embate del bienio 2008/2009 había pasado ya. De hecho, entre 2010 y 2011, en dos años, el número de personas que perdieron su empleo fue de 316.089, prácticamente una cuarta parte de lo que se pierde después con el gobierno de Rajoy.

Así, las cifras nos permiten concluir que en 2011, con un enero en que 17.361838 estaban ocupadas y un diciembre en que permanecían en esa situación 17.229.921, con una disminución en todo el año de 131.917 personas cotizantes, la sangría se había detenido. 

La llegada al poder a finales de 2011 del PP de Rajoy, ha supuesto una reactivación de la destrucción de empleo cuyas raíces no se encuentran ya en la llamada crisis económica, sino en el aprovechamiento de la negativa coyuntura como excusa para eliminar derechos laborales, facilitar el despido y enviar un claro mensaje social con ribetes de opresión y miedo. Contratos basura, contratos a tiempo muy parcial, dedicación en función de las necesidades de la empresa, eliminación de convenios colectivos sustituidos por acuerdos individuales... Ahora dicen somos más competitivos de cara al exterior, exportamos más... pero eso da para otro capítulo.


domingo, 2 de febrero de 2014

DE LOS EQUILIBRIOS EN DEMOCRACIA

La democracia, como sistema para organizar la convivencia entre las personas, se basa en los equilibrios. Tal vez, de todos ellos, el referido a los intereses debe considerarse piedra angular. Equilibrio entre el interés individual y el colectivo, equilibrio entre el interés de un grupo frente a los demás. Siendo así, resulta evidente que tales equilibrios admiten un grado de flexibilidad en su balanza que atendería a una ecuación compleja donde factores como el indice de tolerancia, la inercia social, la percepción del riesgo, la efectividad del ocultamiento, entre otros, determinarían el punto de ruptura.

La dinámica de esos factores de flexibilidad explican que en situaciones como la actual, en que de manera muy rápida, muy concentrada, se han producido cambios que responden a un interés de parte, defendido por la derecha de este país, frente a la de la inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas, ese grado de flexibilidad se haya ampliado de forma notoria. En efecto, con seguridad, en coyunturas anteriores, una pérdida de derechos masiva como la propiciada por el PP de Rajoy, por el grado de desequilibrio alcanzado, habría provocado la consecuente reacción social generalizada y mayoritaria, sostenida en el tiempo. No en balde, los límites del equilibrio se han forzado hasta niveles teóricos de fractura.

A pesar de ello, la ecuación no ha dado ese resultado a priori, aparentemente, inevitable. Hay una cierta contestación social, cierto, pero no equivalente al daño recibido, soportado, por amplias capas de la sociedad. La determinación de qué factores han contribuido al mantenimiento, pese a la tensión extrema, del equilibrio, es esencial para lograr restablecerlo con base en la recuperación de los intereses lesionados. De no lograrse, las propuestas de solución extrema, revolución o demagogia, están ahí como alternativas históricas.


martes, 28 de enero de 2014

A PROPÓSITO DE LA SANIDAD

Oía hace unos días a una tertuliana (representante de un diario conservador) decir que en el ADN del PP no estaba privatizar y ponía como ejemplo el periodo de gobierno Aznar (?). Obviaba así, tanto las privatizaciones que entonces hubo, cuanto el hecho de que la crisis inmobiliaria ha abierto el apetito devorador de empresas públicas que han mostrado, al unísono, como semejantes que son, la patronal y el gobierno.

Hay en estos momentos una obsesión en la caverna mediática española. Una vez que Madrid ha tenido que dar marcha atrás en el proceso privatizador de la sanidad que propugnaba el PP, Andalucía se convierte en el objetivo. La mentira: que nuestra Comunidad es la que más recorta el gasto en Sanidad!!!

Por eso es tan importante para el gobierno central asfixiar económicamente a nuestra Andalucia. A mayor incapacidad por esa falta de dinero para mantener el cien por cien de los servicios públicos en un alto nivel de calidad, mayor ruido de la derecha y sus medios para señalar a nuestra Comunidad y querer justificar sus desmanes con la socorrida afirmación de que "todos somos iguales". 

Los recortes, llevamos mucho tiempo advirtiéndolo, no son el camino para salir de la crisis con fortaleza para el futuro. Y lo que es peor, ahonda en desigualdades entre las personas hasta niveles vergonzosos, inaceptables. Y ese es el núcleo de la diferencia. La derecha consigue sus objetivos, incrementa abismos sociales, enriqueciendo a los de arriba y empobreciendo al resto. La izquierda lucha por mantener los elementos que nos igualan, que hacen esta sociedad más justa. Ni mil mensajes, mil veces repetidos, pueden cambiar una verdad básica como esta. 

EL CARAJILLO PARTY

La derecha se rompe. El PP deja de ser ese aglutinador universal de todas las derechas. La extrema derecha se rebela en parte y funda su propia organización que, a falta de concreción de su propuesta política y programática, debemos entender defensora de las leyes fundamentales franquista que, sin duda añoran.

Es difícil entender que una derecha ultramontana cualquiera no alabe la política de Rajoy. Una gestión de la que hasta Marie Le Pen se distancia por ser ya demasiado radical en su conservadurismo.

Operación de maquillaje? Crear un partido cuasi fascista para demostrar a la opinión pública que no, que el PP no es tan derechista, y volver a engañar otra vez con esa piel de cordero del "centro derecha"? Todo es posible. En todo lo demás, en desmontar el estado del bienestar, en quitarnos derechos, en reducir libertades están haciéndolo bastante bien, o es que no lo notamos?


lunes, 20 de enero de 2014

LA NECESIDAD DE ESTE BLOG

Es evidente que, al menos en mi caso, este blog nace, complementario al de Socialistas de Aljaraque, por la necesidad personal de volcar, compartir, debatir, solicitar ideas que contribuyan, desde el pensamiento, desde lo que solemos llamar el plano teórico, a la construcción permanente de la ideología, base sobre la cual se estructura después la acción política cotidiana.

Nace, además, he de reconocerlo, tras lo que podríamos denominar una gota que colma el vaso. Leo con estupor (seguramente consecuencia de la ingenuidad que, en última instancia me caracteriza) la siguiente noticia

¿Qué acude a nuestro pensamiento; mejor, qué pensamiento construimos tras recibir un dato tan traumático como el que representa el hecho de que 85 personas, lo repito por resultarme increíble, 85 personas acumulan tanta riqueza como ¡3500 millones de personas! en este planeta.?

Supongo que la inmensa mayoría estará de acuerdo en una primera afirmación sencilla. Estamos ante una injusticia manifiesta e insostenible. Si damos por buena esta primera conclusión, habremos de colegir que esta realidad ha de ser modificada. Antes de ver cómo, tendremos que determinar por qué razones, mediante qué mecanismos, tal realidad puede sostenerse sin que produzca cualquier tipo de reacción que acabe con ella. Constituye lo que a primera vista calificaríamos como un equilibrio (si, si, mejor un desequilibrio) imposible. O sea, algo que tiende a la descomposición. Pero no ocurre así, antes al contrario, la desigualdad retratada es dinámica, en progresión, hacia su ¡crecimiento!. Pese a ello, en apariencia nada. ¿Cómo puede esto explicarse?

Es evidente que los mecanismos que usa el poder, entendido como aquello que ejercen quienes acumulan aquella desproporcionada riqueza para perpetuar esa situación, tienen una tradición milenaria que los ha dotado de una extraordinaria consistencia. Han sabido, además, ir sumando nuevos factores, nuevas herramientas, nuevos modos. En ocasiones aprovechando iniciativas externas, en otras construyéndolas ad hoc.

De esos mecanismos (la coerción violenta, la religión, la Ley, el "Sistema" económico...) uno ha adquirido en los últimos decenios valor por sí, aún cuando conlleve el uso de otros. Me refiero a la comunicación de masas. Las múltiples formas, cada vez más globales y, paradójicamente, cada vez más penetrantes en lo individual, de transmisión de ideas, de normas, de pautas de conducta, de anhelos sobre las que están construidas, en definitiva de construcción de vidas, se han convertido en la piedra angular para el mantenimiento de una situación intolerable desde un punto de vista socialista. 

Y una situación intolerable, es claro, hay que cambiarla. Sea como sea, hay que cambiarla. Nos toca buscar cómo y ponerlo en práctica.