domingo, 4 de diciembre de 2016

REFLEXIONES PRECONGRESUALES IV: EL PARTIDO COMO HERRAMIENTA

Una herramienta, no un fin en sí mismo. A partir de esa consideración, respondamos a la pregunta clave. ¿Cómo organizarse para responder mejor a los retos del socialismo hoy? Obviamente no es una cuestión nacida en el vacío, parte de todas las consideraciones previas, a las que, sumando otro conjunto de ideas, utilizamos como base para formular la propuesta.

Debiera holgar el decir que el PSOE debe ser una organización profundamente democrática y debe responder, como partido político, a la voluntad de la militancia en lo organizativo y a la del conjunto de votantes a quienes representa en lo institucional. Así, la guía interna, de obligado seguimiento, ha de ser la que marcan los estatutos y las resoluciones congresuales. En lo relativo a lo institucional, nuestro programa electoral es el contrato propuesta que nos compromete, al que tenemos que atenernos como objetivo. Por supuesto, sin contradicciones entre todos ellos.

Hasta aquí, todo muy obvio. A veces, lo evidente debe ser recalcado, por si acaso.

Avancemos en la concreción. La cultura participativa que tiene como elemento decisorio más llamativo la elección directa de la Secretaría General, y las primarias en la designación de candidaturas, debe no solo mantenerse, sino reforzarse. En especial, con la introducción de las listas abiertas en todas las candidaturas que sean personales y no de equipo. Establezco así una diferenciación entre elecciones parlamentarias (personales) y municipales (de equipo). En estas últimas, la designación de candidato o candidata a la alcaldía debe ser mediante primarias, pero la lista habrá de ser cerrada y a propuesta de ese candidato o candidata una vez celebradas aquellas. Hemos de tener en cuenta que en este caso sí se trata de la elección de un equipo de gobierno y eso debe hacerse con coherencia interna y al tiempo acorde a la propuesta que representaría el ya para entonces candidato o candidata a la alcaldía.

Con la misma lógica, en los procesos internos, deben diferenciarse la conformación de equipos, como las ejecutivas, que deberán responder a una propuesta cerrada del Secretario o Secretaria General elegida por voto directo, de las elecciones personales, tales como delegaciones a cada Congreso o representación en los diferentes Comités, que habría de hacerse siempre por listas abiertas.

Obviamente, el Partido Socialista no responde a una lógica (si es que puede decirse así) asamblearia. Esos procedimientos democráticos y participativos de elección de personas debe conllevar el voto delegado, que no será un cheque en blanco, en tanto sus actuaciones han de responder a las guías señaladas.

Mención especial deben tener los nuevos modos de relación con la sociedad. Las Casas del Pueblo pueden seguir siendo un instrumento válido, pero han de dotarse de contenidos (incluidos aquellos que proporcione la imaginación). Con todo, los mecanismos tradicionales que desde las casas emanan, desde boletines a notas informativas, o los consustanciales a las campañas electorales, teniendo su lugar, deben combinarse (cada vez más desde un segundo plano) con los nuevos canales. En estos, la coordinación en la organización, de cara a cohesionar los mensajes, es clave. Nada hay más dañino que las contradicciones. Desorientan, desacreditan y abren brechas fácilmente atacables. De momento, vale.



domingo, 27 de noviembre de 2016

REFLEXIONES PRECONGRESUALES III: SIGUE SIENDO LA ECONOMÍA, SIN INSULTOS

Claro que sigue siendo la economía. Puede que el presidente Clinton se refieriese a aquello que interesa en unas elecciones a la presidencia de EEUU, pero no es nuestro caso. La economía determina la inmensa mayoría de los factores colectivos de una sociedad. Ha de ser, por tanto, pieza esencial en cualquier propuesta política. Máxime en momentos como este, de fuerte convulsión no exenta, por ello mismo, de una cierta desorientación, especialmente patente en lo que genéricamente denominamos izquierda.

Es evidente que en el tradicional sistema de producción/extracción de materia prima, transformación. comercio/distribución y consumo, con todas sus escalas, definido por el capitalismo, el equilibrio entre salarios y capacidad consumidora por una parte e incremento de la productividad y beneficios, por otra, ha venido construyendo esto que entendemos como democracia occidental. Con pacto tácito o expreso, los diferentes intereses han cedido (unos más que otros) para hacer posible una "paz social" en el que la percepción de una mejora constante, personal y generacional, del nivel de vida actuaba como cohesionador.

Sin embargo, debemos preguntarnos, ¿qué esta pasando?, ¿qué está resquebrajando ese status quo? Una imagen para, simplificando, plasmar una de las dos patas en que se fundamenta la nueva situación:


En efecto, las nuevas tecnologías sustituyen mano de obra por sofisticados aparatos capaces no solo de hacer, sino de controlar procesos mediante la adecuada programación. Se pierden puestos de trabajo y se gana en productividad. Y eso tiene consecuencias a la larga muy negativas para el conjunto del sistema, aunque, en un primer momento, los beneficios de las empresas pudiera aumentar de manera clara.

Para la otra pata, otra imagen:


La especulación financiera, que proporciona beneficios sin que haya una producción concreta, sino por el mero movimiento (global, electrónico) del dinero, ha atraído hacia sí una parte importante de capital circulante, que tiende a concentrarse cada vez en menos manos.

La pérdida de carga global de trabajo desempeñado por personas, la salida del circuito económico "clásico" productivo de una parte importante del dinero, está produciendo desempleo, subempleo, incremento de la explotación y mayor desigualdad, entre otras consecuencias.

¿Es esta situación inamovible? ¿Existen alternativas? ¿La paradoja de que la derecha, que ha producido esta espiral crítica, aparezca ahora como la mejor opción para solucionar los problemas que ella misma ha creado es combatible? 

Crisis anteriores desembocaron en conflictos bélicos generalizados. Hubo un primer momento de fuerte proteccionismo, de rebrote nacionalista y, a partir de ello, una escalada con los resultados ya sabidos. Y aunque no parezca que eso sea hoy posible, hay señales más que alarmantes que deben, más allá de un simple ponernos en guardia, obligarnos a tomar decisiones coordinadas entre todas aquellas y todos aquellos que ansiamos otro escenario para la humanidad.

Partiendo de un necesario (imprescindible) acuerdo por la sostenibilidad del planeta, tenemos suficientes recursos para eliminar las carencias elementales que hoy sufren miles de millones de personas, la tecnología, la productividad (insisto, necesariamente, calculadamente sostenible) inherente, permitiría una modificación del mapa laboral que requiriera una menor presencia en los sectores extractivos o productivos y, por contra, un incremento en todos los relacionados con los "servicios", en un concepto muy ampliado de los mismos.

Para que tal cosa sea posible, el flujo de renta debe necesariamente modificarse. Con acciones regulatorias internacionales, con medidas fiscales, con políticas justas. Ser capaces de eliminar carencias esenciales, lograr una mejora constante en los niveles de vida (por tanto de consumo y de servicios) de la población más humilde, modificar el hábito consumista y el egoísmo inherente a quienes habitan en los países más avanzados, hacer poco atractiva la especulación financiera, por poco rentable, por fuertemente fiscalizada, reforzar el papel de la iniciativa pública, o sea colectiva, contrarrestar la corriente disgregadora optando por el refuerzo y empoderamiento de las estructuras políticas internacionales... Tareas ímprobas todas ellas que pasan, necesariamente, por la consecución del poder político y la coordinación supranacional. De momento, no vamos por buen camino. 



jueves, 10 de noviembre de 2016

. REFLEXIONES PRECONGRESUALES II: SIEMPRE, EDUCACIÓN.

Las personas votan a quienes entienden que defenderán mejor sus intereses. Ergo, si una formación política pretende (casi todas) obtener un respaldo masivo tiene diferentes caminos para intentar conseguirlo. Hay, por así decirlo, una vía rápida. Aquella que pasa por adaptar el discurso a lo que se demanda mayoritariamente (sí, es difícil en ocasiones dar en la tecla) y plantear medidas de respuesta a esas expectativas colectivas. Ocurre, además, que ahora parece no importar que tales propuestas sean realizables o mera quimera. Aquella banalidad, uno de cuyos aspectos nucleares es la ausencia de memoria mediata, permitirá que el incumplimiento posterior, enmascarado con un nuevo discurso, no sea percibido como lo que es: un fraude contractual invalidante. 

Hay, como es lógico, un gradiente de matices desde el populismo demagógico más cínico hasta posiciones que aún manteniendo la esencia de su corpus ideológico, utilizan la imagen equívoca, que sugiere sin comprometer, un tanto ambigua, si se quiere. No todos engañan en todo, hay quienes solo disimulan la parte más complicada.

Sin embargo, la auténtica estrategia ganadora es aquella que en un trabajo multifocal, coordinado y planificado, impulsa en el medio y largo plazo un cambio social que se traduzca en la primacia de los propios principios o de las propias convicciones, también de los propios intereses, en el más amplio arco social posible. De esta manera, sin necesidad de populismo, sin engaño, sin disfraz, aquello que se compromete es realmente lo que se defiende en el seno del grupo o de los grupos que conforman la organización política concreta, al fin y al cabo se habrá logrado que esos sean los intereses mayoritarios, las ideas más extendidas y aceptadas.

Por supuesto que cabe combinar ambas estrategias. Es lo que ha hecho el capitalismo financiero en los últimos años. Y comienza a recoger sus frutos. Es cierto, se dirá, que lo han tenido fácil. Dominan con sus recursos los diferentes medios de comunicación (internet, por supuesto. ¡Qué falacia pensar que es un espacio de libertad!) y han podido sembrar factores que les acaban favoreciendo. La banalidad, el egoísmo, el miedo...

La izquierda lo ha tenido y lo tiene más difícil. Ocurre que lo peor, con todo, es la falta de voluntad, de ambición, para convertir esa vía en la prioritaria. Ante las dificultades, la fortaleza de los contrarios, pareciera en ocasiones que se hubiera arrojado la toalla. También estamos recogiendo los frutos de eso. 

No vale con decir que la educación es una prioridad, por mucho que se tomen medidas de maquillaje que intente aparentar que es cierto. O se hace una apuesta clara y decidida, una apuesta sin complejos, que entienda que las críticas desde las posiciones conservadoras, o directamente reaccionarias, no pueden condicionar la acción transformadora que debe ser impulsada como el primer objetivo, o seguiremos instalados en la derrota de los valores, la más importante, aquella que debe concentrar la mayor parte de las energías. 

Debe acabarse con la titularidad religiosa  de centros financiados con fondos públicos. O se opta por la vía privada, o el poder público debe garantizar solo una educación no confesional. No cabe el adoctrinamiento pagado por todas y todos. Caben cooperativas, incluso iniciativa privada, siempre que asuman los principios constitucionales y el carácter aconfesional de la educación. Para el resto, soluciones para la escolarización garantizada y para las trabajadoras y trabajadores de la enseñanza.

Debe mejorarse de forma clara la formación inicial y permanente de quienes quieran dedicarse o se dediquen a la docencia. En un mundo en constante transformación, con novedosas herramientas cada día más potentes, eso se convierte en obligación ineludible.

Debe reducirse de manera drástica el numero de alumnas y alumnos por unidad docente. Si hay algo que pueda garantizar la similitud de oportunidades, la tarea diversificadora, es esa disminución. Con seguridad, muchas y muchos docentes estarían de acuerdo con un incremento de su horario lectivo a cambio de una disminución de la ratio. 

Podriamos seguir proponiendo. No parece el espacio. Si concluir diciendo que, por supuesto, la financiación del sistema educativo debe incrementarse de manera decidida. Y todo esto sin olvidar los medios de comunicación y el preeminente papel de la cultura. 



miércoles, 9 de noviembre de 2016

TRUMP PRESIDENTE, O LA COSECHA

Hago un paréntesis en la serie precongresual iniciada, porque no me resisto a expresar mi opinión sobre lo sucedido en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Confesaré que me levanté esta mañana con un nudo en el estómago. Esperaba la victoria de Hillary Clinton, pero una cierta inquietud me acechaba. De hecho, tardé unos minutos en enceder mi transistor. Solo tuve que oír el tono de voz de Pepa Bueno para comprender que aquello que parecía tan improbable se había hecho realidad. Es cierto que en aquel momento, la propia periodista, Javier del Pino desde Washington, querían mostrar cautela porque los últimos estados en el recuento aún no tenían datos definitivos. Pero a las 7 y 15 de la mañana, hora española, pese a ese desesperado intento por aferrarse a un hilo de esperanza, la suerte estaba echada. Donald Trump era presidente electo. 

Imagino que como otra mucha gente, al estupor siguió la preocupación. Una intranquilidad que, pese a ese discurso primero, aparentemente conciliador del ganador de las elecciones, se mantiene incólume a esta hora. De hecho, creo que ha llegado para instalarse, al menos, durante los próximos cuatro años.

He pensado en mis hijas, en mi hijo, en el planeta que les tocará vivir. Confieso en estos momentos mi pesimismo. Como tantas veces he afirmado, la injusticia absoluta que impera en el mundo, la injusticia atroz que significa la opulencia frente a la miseria, el derroche frente al hambre, a la pobreza extrema, no puede resistir su exposición pública, su foto constante, su presencia permanente en nuestras casas. Hoy todo eso no se puede esconder. Quienes habitamos el mundo rico, sabemos de las penurias de buena parte de la humanidad; por contra, quienes desde esa carencia de lo más elemental nos ven, y ahora sí nos ven, deben desear para sus propios hijos un futuro digno. Y seguro que pensarán que bastaría un pequeño esfuerzo de reparto de la riqueza de este planeta para solucionar esa desigualdad que nos debería avergonzar a todas y todos.

Dos sentimientos se contraponen. De un lado, el miedo de una parte de la población a perder sus privilegios, de otra la rabia del que nada tiene, del que ve morir a los suyos. Es cierto que en ambas partes hay sed de justicia, de solidaridad entre las gentes, y esperanza, esperanza en una vida mejor y más equitativa. Hoy por hoy, por obra y gracia del pensamiento neoliberal que acompaña al capitalismo financiero más salvaje e inhumano, por demérito también de quienes no logramos hacer atractivo un discurso honesto, aquellas emociones primitivas se imponen frente a las que la cultura humana ha ido tejiendo a lo largo de la historia. 

Sin embargo, concluyo. El pesimismo no es derrota. De inmediato se transforma en el compromiso renovado de lucha por la justicia desde mis principios socialistas. Contra Trump y contra quien haga falta.


martes, 8 de noviembre de 2016

REFLEXIONES PRECONGRESUALES I: LA FORMACIÓN DEL PENSAMIENTO

¿Cuáles son los verdaderos intereses de cada grupo social, si se prefiere, de cada tramo de la escala social? Mejor, ¿cuáles son los intereses imaginados por los individuos de esos grupos, de esos tramos? ¿Los homogeneiza la pertenencia o inclusión en alguno de ellos? ¿O son más complejos los mecanismos que los conforman en el imaginario o en la realidad (si es que hay discrepancia)? No son cuestiones fáciles, pero están en el origen mismo de la confección de una oferta política determinada desde una óptica socialista (más adelante concretaremos esto). Sería inútil, desde una supuesta superioridad (moral, ética, epistemológica...) del discurso, ofrecer soluciones a problemas no considerados como tales por los destinatarios, o soluciones erróneas, desde la perspectiva de aquellos, a los que si sean tenidos por retos reales. Dilucidar esto es clave para formular cualquier tipo de propuesta.

En el marco de una reflexión como esta (una sencilla entrada en un blog), solo cabe ser coherente y esquematizar, aún a riesgo, por esto último, de una cierta simplificación.

Mantengo como núcleo de mi tesis que nos encontramos ante un proceso de banalización del pensamiento colectivo con importantes repercusiones en la deriva global de la humanidad. No es un proceso espontáneo, ni inocente. Antes al contrario, muestra una gran coherencia con el nuevo marco de relaciones que estamos construyendo. Sería casi imposible desgranar en este espacio los factores que definen ese nuevo modelo. Pensemos en un par de ejemplos para entender la dimensión del cambio. Hoy una persona cualquiera, en un lugar cualquiera del planeta tiene acceso, mediante las nuevas tecnologías de la comunicación, a información (sobre todo a imágenes) relativa a casi cualquier otro lugar. De inmediato, surge la comparación, la conciencia de la diferencia, con todas las consecuencias que ello pueda tener para la consideración de su propio papel en el mundo. De otro lado, en occidente, en los países llamados desarrollados, la cantidad de información circulante (real, falsa, falseada) es tal que, en la práctica, los receptores solo perciben ruido por cuanto no pueden procesar a la velocidad adecuada la cantidad de datos recibidos. ¿Y qué ocurre cuando hay ruido? Que triunfa el más chirriante.

Ahí comienza el pensamiento banal. Ante tal cantidad de mensajes, y la velocidad con que surgen y desaparecen, la mente acaba reteniendo solo superficie (y aún así, por poco tiempo). La capacidad de análisis se reduce, las decisiones se toman sustituyendo la necesaria reflexión por la reacción emocional, mucho más rápida, más automática, más fácil de seguir. 

Fijada esta premisa, dos conclusiones son inmediatas. La primera es que cualquier planteamiento estratégico a medio largo plazo (tan denostado y tan necesario) debe incluir medidas educativas (a través de todos los medios y canales) que fomenten el pensamiento crítico al tiempo que se facilita, por medio de los canales públicos, información de calidad (o sea, fidedigna y relativa a los temas relevantes, no solo a los de interés inmediato). Es un esfuerzo de titanes, dado que el pensamiento neoliberal lleva años de ventaja en este trabajo y cuenta con medios mucho más poderosos hoy por hoy. Solo lo público podría contrarrestar le erosión que se ha llevado a cabo. El principal error en que se cae, cuando se ostenta el poder gubernamental es el de intentar competir con semejantes contenidos a la oferta privada para ganar cuota de audiencia. Algo de pan para el momento, mucha, mucha hambre para el futuro.

La segunda es que, en lo inmediato, ahora, más allá del esfuerzo apuntado de largo recorrido, es necesario un modo de comunicación capaz de a través de ese pensamiento banal llegar a trasladar mensajes con un lenguaje adecuado y salvaguardando los contenidos. Tampoco es tarea sencilla, pero es claro que algunos lo están consiguiendo. En esa dirección, todo lo relativo al engarce con la juventud es esencial. Habrá quien diga que estoy hablando de demagogia, de populismo. La diferencia con ello de lo que planteo está en la sinceridad. No se trata de engañar para terminar diciendo lo que entiendo que aquellas personas a quienes me dirijo quieren oír, sino a conjugar mi mensaje con los intereses (o su imaginario) de aquellas, para acabar adaptando la forma, haciéndola atractiva y sencilla de entender. Creo, sinceramente que nos pierde en muchas ocasiones la necesidad de una prolija explicación frente a otros, a otras, que usan (y abusan) el eslogan (la mayor parte de las veces embustero) con buenos resultados. 

Apunto solo dos cuestiones a tratar a partir de lo contenido en esta entrada sobre globalización de las comunicaciones. Dos efectos sobre fenómenos ya iniciados que se han visto multiplicados en buena medida gracias a aquella: el capitalismo financiero global y las migraciones.


 

domingo, 30 de octubre de 2016

EL PROCESO CONGRESUAL YA COMENZÓ, ¿QUÉ CREIAN?

Investido Rajoy, echa a andar la legislatura. Toca hacer oposición en lo institucional, es claro. No será tarea sencilla conjugarla con nuestra decisión de abstenernos en la votación última. No nos lo van a poner fácil, ni el PP que querrá más (sin presupuestos el gobierno caería en mayo), ni Unidos Podemos que desplegará más artillería hacia este flanco izquierdo que la que apunte al PP (tiempo al tiempo).

En lo interno, ya hace tiempo que estamos en Congreso, no seamos ingenuos. Ya hay quien, desde el poder orgánico, desde el institucional, con más frecuencia desde ambos, está preparando las distintas fases. La determinación del nuevo liderazgo, las alianzas, los mensajes, su cadencia, los apoyos internos y externos... En fin, todo aquello que constituye una estrategia para ganar en ese proceso decisorio.

A veces resulta paradójico escuchar cómo aquellos que precisamente están en esta tarea que comentamos, lanzan la consigna de que no es el momento de lo interno. Da resultado ese jugar constantemente al despiste.

Confieso que yo ya estoy en periodo congresual. No es que, de entrada,  me postule para nada, simplemente mi cabeza no para de darle vueltas a esto de la crisis de la socialdemocracia y a cuáles han de ser las nuevas propuestas, los nuevos caminos, sin renunciar, como es obvio, a la esencia del socialismo. Es un ejercicio grato en sí, que con toda probabilidad será visto por aquellos cuyo principal empeño es gobernar la organización, como algo fútil, cuando no directamente inútil. A pesar de quienes puedan pensar así, seguiré creyendo (porque quiero creer y trabajaré para que esa creencia coincida con la realidad) que tan importante es el liderazgo y el equipo de dirección, como las directrices, las resoluciones congresuales que debieran ser su norte y su guía. Un mandato del Congreso (ahora que está tan en boga esto de reivindicar la autoritas y la potestas) debiera ser lo más vinculante a la hora de desarrollar un proyecto político concreto. Así habría de ser, insisto.

Creo que en el seno de las agrupaciones sería bueno que se fuesen produciendo debates con invitados de cierto nivel orgánico, institucional o intelectual para provocar una corriente de doble dirección, esencial a la hora de construir entre todas y todos ese renovado proyecto del que todo el mundo habla sin que sepamos muy bien quiénes tienen claro cuál es. 

No suelo predicar (entiéndaseme como metáfora, por favor) sin dar ejemplo. Aquí hay que empezar a concretar y dejar ya las generalidades que pueden esconder una cosa y la contraria. Esas frases grandilocuentes que parecen enunciar propuestas esenciales y que en realidad son cáscaras vacías, a estas alturas sobran. Hay que bajar a la arena y comenzar a desglosar principios, estrategias y medidas. A eso dedicaré algunas de las próximas entradas. Por el momento, vale.


lunes, 24 de octubre de 2016

PERO, A VER, ¿AHORA TOCA O NO TOCA?

Escucho al compañero Mario Jiménez, en su calidad de portavoz de la Gestora, en el transcurso de la entrevista que le ha hecho Pepa Bueno en la SER. Ninguna sorpresa en cuanto al tono y su calidad de comunicador. Más allá del cansancio que mencionaba, la mesura, el aspecto didáctico se han impuesto a cualquier otro posible registro. Eso está bien. Ya lo hemos dicho con anterioridad, una vez concretada la posición del PSOE  por el órgano que puede hacerlo, el Comité Federal, toca restañar, impedir que la disensión devenga en ruptura. Es tarea para personas inteligentes, sosegadas, capaces de integrar. No es fácil.

Ahora bien, no comparto su afirmación -que viene a ser como un latiguillo habitual- de que el PSOE debe dejar de preocuparse de sí mismo para pasar a preocuparse por los problemas de las españolas y los españoles. Y no estoy de acuerdo porque ese supuesto "mirarse el ombligo" no es sino un debate interno sobre cuál debe ser la posición del Partido en aras (él mismo utiliza ese aserto) del bien colectivo.

Existe la tendencia de, una vez superada una fase crítica de cualquier tensión entre ideas contrapuestas (en nuestro caso, además, con una mala gestión del proceso), enterrar el debate, no afrontar el mar de fondo, y ello pese a que se haya repetido por todas las partes, en distinto formato, lo necesario de abordar justo ese proceso de reflexión profunda para adaptar, modernizar, mejorar la propuesta socialista a la sociedad.

Pareciera que nunca toca. Pero ahora sí, ahora si toca. Más allá de la necesaria gestión de la decisión adoptada y de las consecuencias tácticas que implica (apuntemos que con clara dificultad para que se nos perciba como una oposición fuerte), el verdadero reto del PSOE es justo su situación interna, no como un mero ejercicio de lucha por el poder, sino, más bien por la necesidad, ahora ya ineludible, de renovar el sustento ideológico y las consecuentes propuestas estratégicas y programáticas. Claro que de inmediato (o paralelamente) debe producirse también el cambio de personas que van a representar esa nueva propuesta global.

Así que sí toca. El proceso congresual ya ha empezado. Habrá quien lo afronte desde el esfuerzo intelectual, ideológico, comprometido, para construir soluciones para aquellos y aquellas que tienen en el socialismo el camino hacia otra forma de sociedad que conjugue los nuevos factores, con la válida aspiración de la igualdad y la justicia social. Habrá quien lo haga exclusivamente como una lucha por los puestos de decisión. Admiro a los primeros, reniego de los segundos, abogo por que quienes presenten y representen las opciones más razonables, más realizables, que más nos acerquen a los objetivos propuestos, sean quienes ocupen esos lugares de referencia. Y a eso me pongo, porque ya ha llegado la hora, es el momento. Ya toca. 


jueves, 20 de octubre de 2016

¿EL PSOE Y SU DESGARRO? ¿QUÉ DESGARRO?

Escribe hoy en el Pais Juan Claudio de Ramón, que firma como ensayista, un artículo titulado "El PSOE y su desgarro" -http://elpais.com/elpais/2016/10/18/opinion/1476786933_919168.html-. Empieza con una afirmación totalmente errónea (no tengo datos para llamarla falsa). Dice el ensayista que "Si el PSOE se ha desgarrado es por su porfiada negativa a permitir un gobierno de centro-derecha en minoría". Cabría contestarle como lo hace Igor (Aigor) en "El jovencito Frankestein": ¿qué desgarro? Lo cierto, en cualquier caso, es que esto es más serio. No pretendo aquí defender el no a la investidura. Ya he dado repetidamente mi opinión -que he procurado argumentada- en distintas ocasiones. No, aquí de lo que se trata es de decir que, en ese empeño por justificar (argumentalmente) la abstención ante una investidura de Rajoy, hay -como es el caso del ensayista- quien se pasa de frenada.

Basta echar un vistazo a la hemeroteca para comprobar que esas divisiones en el PSOE, esas discrepancias, esas disidencias, esas guerras más o menos larvadas, tienen largo recorrido en el relato de la realidad política de nuestro país. Vincular, por tanto su origen a la controversia en torno al sentido del voto en la investidura ya mencionada, no tiene ningún fundamento. No es más que un forzado intento de voluntarismo discursivo. 

La tres razones que alega a continuación no pasan de ser meros asertos, que al no contar con evidencias probatorias pierden ese carácter de razón para convertirse en elucubraciones. 

La primera infiere de un rechazo a lo que el llama "un pacto con el PP" (del que nadie ha hablado), una oposición a "cualquier pacto posible". Es tan evidente la falta de base para tal afirmación que no merecería detenerse un minuto en ella. Apuntamos, sin embargo, como muestra, ¿no llevó a cabo un acuerdo el PSOE con Ciudadanos? ¿No lo refrendó la mayoría de la militancia?

La segunda "razón" se centra en lo que el llama "un liderazgo incapaz" de "a través de su discurso", hacer "ver a sus votantes la realidad de otro modo". Viene a decir que se necesitaría un prestigitador de la palabra para cambiar el color del cristal con que se mira. Ese es, parece, a su juicio, el concepto de liderazgo fuerte. Para eso, ya está la demagogia (y los demagogos).

Por último, termina culpando al PSOE de haber hecho del PP una especie de abominación con la que, por esa misma imagen creada, es imposible pactar. Aquí ya rayamos lo que podría calificarse de manipulación evidente. No desglosaré la larga lista de decisiones y de actuaciones que el Partido Popular ha llevado a cabo en los últimos años y que le han llevado a una soledad inédita en democracia, solo aliviada por su alter ego con imagen moderna que es Ciudadanos. No, estimado ensayista, no es  consecuencia de la oposición justificada del PSOE a las políticas promovidas por la derecha en este país, que el PP sea mala compañía, tóxica me atrevería a decir. Es su propia acción, culminada con el desprecio al resto de formaciones en tanto tuvo mayoría absoluta. Fue el propio PP quien sembró lo que ahora recoge. Y créame, le echó mucho abono natural. 




domingo, 16 de octubre de 2016

PORQUE HABRÁ UN DÍA DESPUÉS

Es lo previsible que la Gestora convoque el Comité Federal para esta misma semana. Incluso es probable que este se celebre antes de que termine la misma. Hemos de suponer que en el seno del máximo órgano entre congresos se debata y se llegue a una conclusión sobre el sentido del voto en una hipotética nueva sesión de investidura de Mariano Rajoy. Siguiendo con ese relato, cuando tal decisión haya sido tomada, sea en el sentido que sea, comenzará el día después.

Por supuesto que decidir entre la abstención o el no es una cuestión clave para nuestro partido y para el país en su conjunto. Quienes defendimos con argumentos una u otra posición, lo hemos hecho desde la preocupación -partiendo de una posición que ya es mala- por buscar lo mejor para el PSOE, en el convencimiento además de que es lo que más conviene a la ciudadanía española. No en balde, la piedra angular de nuestras convicciones es que nuestra alternativa es la más justa, la que más conviene a la inmensa mayoría de la gente.

Hay, en consecuencia, una cuestión más importante que si el voto finalmente es la abstención y con ello el gobierno Rajoy, o el no y las terceras elecciones a falta de una capacidad de negociación por parte del PP (que sigue pareciendo una victima inocente en todo este proceso, fango incluido). Esa cuestión es la que atañe al futuro del Partido Socialista como herramienta de defensa de los derechos y libertades ciudadanas, de la igualdad como objetivo, de la justicia social. Esa es, al fin, la gran responsabilidad de todas las socialistas, de todos los socialistas. Una vez que los órganos democráticos de dirección de nuestra organización tomen una decisión, por contraria que sea a lo que hayamos defendido, la tarea por delante no será denostar, despotricar, mucho menos marcharse airadamente. En toda disyuntiva, si es imposible una salida común  consensuada, como es el caso, la aceptación de la voluntad mayoritaria es obligada. A partir de ahí, en el momento adecuado, sin renunciar a la libertad de expresión, ni a la defensa de las propias convicciones (faltaría), en los procesos al efecto -y el congresual debe ser el marco adecuado- habrán de tomarse las decisiones, tras los oportunos debates, que nos permitan reforzar nuestro compromiso, nuestro mensaje, nuestra propuesta.

Por el contrario, fomentar cualquier tipo de cainismo sería no solo una irresponsabilidad, sino lo más alejado de aquello que todas las socialistas y los socialistas defienden, o sea, contribuir de manera decisiva como organización a la mejora de la vida de millones de personas. Para eso existimos y eso es lo que nos debe guiar, incluso desde la leal, vehemente, discrepancia. Por el momento, vale.


sábado, 15 de octubre de 2016

LOS BUENOS POLÍTICOS SON HONESTOS

Me encuentro en la red este artículo de José Andres Torres Mora, diputado socialista por Málaga: http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2016/10/14/los_buenos_politicos_van_infierno_56152_1023.html

No tengo más remedio que contestar sus argumentos. Sorprende de entrada tanta referencia religiosa. El cielo, el infierno...; no, esto no va de eso, va de la realidad. Apela el articulista a Max Weber para retorcer su concepto de ética de la responsabilidad y aplicarla -vamos a considerar que de manera errónea- a lo que le interesa en este momento, justificar su predisposición a abstenerse en la hipotética investidura de Mariano Rajoy. Porque, según él, y este es el eje de su discurso, la ética de la responsabilidad nos lleva a optar por un mal menor (¿para el Partido Socialista?, ¿Para España?) al hacer presidente de gobierno al líder del PP ahora, con menos diputados y diputadas (por tanto, más débil) y no permitir que en unas terceras elecciones, ese número de escaños se incremente con un resultado previsible de subida del PP y bajada del PSOE.

Un par de cuestiones, para no cansarnos con un destripar el artículo mencionado (seguro que alguien ya se encarga de ello, lo ha puesto fácil). ¿Por qué va a perder votos y, por tanto escaños, el PSOE? ¿Tendrá algo que ver el espectáculo que se ha venido dando en los últimos tiempos? Si la respuesta es que sí, aunque piense el diputado por Málaga que en una mínima parte ¿qué ocurre con la ética de la responsabilidad de todos y todas cuantos participaron en esa ópera bufa?

Olvida el autor una variable en este utilizar conceptos como el de la ética (a mi juicio equivocados, a lo sumo se está en este caso ante estrategias). Ese otro factor es el tiempo. ¿Ética de la responsabilidad de hoy? ¿O de dentro de seis meses? Porque si de resultas de la abstención socialista, del gobierno consecuente de Rajoy, de nuestro papel en esa investidura, de la responsabilidad continuada (presupuestos, vg) se nos percibe cómplices, podría ocurrir que esos malos resultados que se imaginan para las terceras elecciones fuesen mejores que aquellos que tendrían lugar dentro de un corto periodo de tiempo (la legislatura no puede ser larga. El PP convocará elecciones en cuanto lo vea propicio). Entonces la "Ética de la responsabilidad" que hoy se proclama devendría en "Ética de la convicción", o más bien en "Etica del presentismo". La verdadera cuestión no es si permitir un gobierno débil ahora es preferible a provocar un gobierno más fuerte (siempre de la derecha) tras unas terceras elecciones. Lo que estamos dilucidando es si para el futuro inmediato del Partido Socialista y de nuestro país, es preferible un enfrentarse ahora a un predecible desgaste, pero conservar toda la fuerza del mensaje y el compromiso, o capear aparentemente el temporal, pero abriendo una vía de agua que nos lleve al hundimiento en poco tiempo. Esto no es solo cuestión de Ética, si así fuera estaría meridianamente clara la respuesta ante tanto hedor. Desde el punto de vista estratégico aquí hay mucha tela que cortar. De momento, vale.




EL NUEVO ESCENARIO POLÍTICO

El truculento cisma socialista deja al PSOE en manos de Rajoy


El alcalde socialista de Eibar manifiesta que tras el "espectáculo de ayer todos ganan menos el partido"





BILBAO| 

martes, 11 de octubre de 2016

EL VALOR DEL NO

Andan estos días proliferando los análisis con enfoque sicológico, sociológico, incluso con el más socorrido "político", explicando las ventajas de la abstención en una hipotética sesión de investidura de Mariano Rajoy frente al no. 

Hay quien argumenta sobre la negatividad (perdónenme la reiteración) de ese no. Dado que no aporta, solo rechaza, pareciera significar una especie de obstinación sin propuesta real de futuro. Gran falacia. Un no es siempre un sí a lo opuesto. No a la corrupción, es un sí a la honestidad, la honradez y el respeto escrupuloso a la legalidad. No al recorte de derechos y libertades, es un sí a la educación, la sanidad, la dependencia, un sí a la dignidad de una sociedad a la que se le hurtan logros históricos desde la traicionera lógica de los mercados (ustedes ya me entienden). No a la desigualdad creciente, es un sí a la justicia social, al reparto adecuado de la riqueza para que nadie quede atrás porque alguno quiera estar muy por delante. Es un sí a un compromiso ético básico. ¿Cómo va a pasar necesidades una persona en tanto otra nada en la abundancia más absoluta? No a la utilización partidista de los instrumentos públicos (desde la televisión, a la justicia, pasando por todo el aparato de seguridad y control del Estado), es un sí a la política limpia, transparente, a la democracia en definitiva. Así que no me cuenten más ese cuento. Un solo ejemplo, una de las movilizaciones sociales más potentes que ha vivido este país se basaba en un no: NO a la guerra. ¿Recuerdan? En realidad era un SI a la paz.

Otros prefieren centrarse en la importancia de tener gobierno como elemento de interés nacional. Y a esa condición apelan. Hablan de responsabilidad. Pero basta entonces girar la mirada, dirigirla estos días hacia la Audiencia Nacional y, por si no fueran suficientes todos los síes encerrados en el No al PP, percatarse de que esa hedionda podredumbre no puede ser base y sostén de un gobierno que responda al interés colectivo. Lo verdaderamente responsable (¡Ay! Cuántos errores en el camino) es llevar a ese partido carcomido por la corrupción a la oposición. Cualquier alternativa de mínimos, aceptable para todos, sería mejor que aquella gangrena.

Un tercer frente arguye cuestiones tácticas para defender la investidura de Rajoy. Eso daría tiempo para que el PSOE, muy afectado por los recientes acontecimientos -seamos políticamente correctos-, pueda, mediante una oposición fuerte, rearmarse y recuperar su prestigio, el apoyo mayoritario de la sociedad y su condición de partido esencial para nuestro sistema. Pero, ¿Y si el resultado fuese justamente lo contrario? Si se percibiera al PSOE como cómplice del PP y el falso eslogan que pretendía que ambas formaciones representaban lo mismo se reforzara. ¿No quedaría entonces el Partido Socialista marcado por mucho tiempo y sin capacidad real (pero si usted me hizo presidente del gobierno) para encabezar la oposición en tiempos que se barruntan difíciles (la Comisión Europea avisa una y otra vez)? ¿No sería más acertado, desde esta misma óptica táctica, mantener la posición, con ello al menos la coherencia, y desde este pilar esencial de la acción política recuperar el respaldo mayoritario? Igual la ética responsable tarda más tiempo en dar fruto, pero estará libre de gusanos.

En cualquier caso, abierto al contraste de ideas. Huyamos de dos errores esenciales. El primero, sustituir razones por descalificaciones cuando no insultos. El segundo, plantearse abandonar la organización porque en un momento determinado, una opción concreta tome una decisión desde nuestro punto de vista errónea. Antes al contrario, eso no invalida la extraordinaria importancia de la alternativa socialista para la mejora colectiva desde principios esenciales de justicia social. A lo sumo, significará que hay que reforzar una alternativa interna para reconducir la errática trayectoria en que nos encontramos. Siempre desde el diálogo, el contraste de ideas, la participación y la democracia. Como debe hacerse, convenciendo a una mayoría y tomando de esa manera el timón hacia una ruta clara, coherente, sólida y -lo repito otra vez- justa. De momento, vale.



domingo, 2 de octubre de 2016

TOCA RESPONSABILIDAD

¡Ya basta! ya hemos dado suficiente espectáculo. Difícilmente vamos a olvidar este 1 de octubre pasado. Con todo, debe servir, esencialmente, para aprender. Se han hecho muy mal algunas cosas, por parte y parte sin duda. Pero ya se tomó una decisión. Gustará a una posición, más que a otra, pero ha sido tomada en el máximo órgano entre Congresos, en un clima de mucha tensión, esta claro, y no obstante de manera democrática. Ahora no es momento de reproches, nunca fue tiempo de insultos. Si nos queremos izquierda, una cosa nos debe definir, nuestra capacidad de argumentación en el debate, por duro, por crispado, por irritante que pueda llegar a ser, por mucho que haya en juego. Si perdemos esa herramienta, columna vertebral de un proceso participado de toma de decisiones, estaremos cavando un pozo profundo.

El PSOE no se acabó ayer (parafraseando a nuestra Secretaria General de Andalucía, el PSOE es mucho PSOE). Sin embargo, su prestigio, su credibilidad, se han visto seriamente comprometidos y habrá ocasión de comprobar el daño real. Ahora bien, si lo que se quiere es seguir contando con un instrumento de defensa de los derechos e intereses de la mayoría de la ciudadanía, frente a la desigualdad, a la ausencia de libertad y de derechos, habremos de hacer un esfuerzo renovado por recuperar (más pronto que tarde pues la gente necesita a este partido) nuestra capacidad de proyectar esperanza, no con la demagogia como algunas organizaciones lo hacen, sino con un proyecto mejorado, adaptado a los nuevos tiempos y sus circunstancias, que, desde la defensa de los valores que nos identifican apunte un camino nuevo hacia el progreso y la justicia social.

Hay mucha inteligencia en nuestra organización, y mucha entrega, y mucha honradez. Manan de una militancia comprometida y dispuesta a continuar la pelea (nunca entre nosotros) contra los postulados de la derecha, los intereses que representa y las medidas que toma para conservar (y aún incrementar) la desigualdad que deriva de los privilegios.

Quedan aún, por delante, momentos complicados. Los resultados electorales son obstinados y ya nada podemos hacer por modificar los que fueron.  Si como afirmo, toca aprender, toca poner de nuestra parte todo lo posible para cambiar esa deriva de pérdida de apoyo constante en que nos hemos instalado. El respaldo electoral no es un fin en sí mismo, no es algo que sirva para engrandecer a tal o cual líder dentro de la organización, es el mandato para cumplir nuestro contrato con la gente. Su dimensión es lo que nos proporciona la medida de nuestra fuerza para lograrlo. Por eso, porque se lo debemos a las ciudadanas y ciudadanos, que nos tienen por su principal baluarte, toca responsabilidad. Toca recuperar el respeto, restablecer el vínculo. Solo así, lograremos proyectarnos como lo que realmente somos: una unión de personas que cree, por encima de todo, en la justicia y la libertad y que lucha, cada día, en cada rincón, con cada hecho, por extenderlas al conjunto de la humanidad.

Orgulloso de ser socialista y dispuesto a continuar trabajando, esforzándome, por hacer realidad nuestros postulados. En ese frente, siempre me encontrareis. 



viernes, 30 de septiembre de 2016

COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS

Preocupado, como la inmensa mayoría de la militancia socialista, en espera de lo que el Comité Federal pueda decidir (ojalá que sí llegue a celebrarse), momento en el cual habrá que opinar ya con más fundamento y (esperemos) un horizonte, solo diré que quienes defienden una y otra posición son mis compañeras y mis compañeros del Partido. Como tales, cualquier discrepancia, por divergente que pueda ser, será argumentada desde el respeto y la consideración, por encima de todo. Compañeras y compañeros...


lunes, 26 de septiembre de 2016

EL VIEJO POSSUM HUYE ATERRADO (DE GATOS Y DE ROEDORES)

Alguien, irresponsablemente genera un problema. No responde a un proyecto colectivo, a una iniciativa vecinal, es tan solo una actuación con seguridad bienintencionada pero carente de previsión. Los gatos procrean y se reproducen. Al ser alimentados, se multiplican y se fijan en el territorio. Con seguridad, hay quien encuentra esa proliferación graciosa, incluso conveniente. Pero es un error. En realidad, y dado que como afirmo esto no es una iniciativa colectiva ciudadana, se está gestando una situación que, tarde o temprano, de continuar así, traerá problemas. Alguna gente dirá, ¿qué problema?, pues problemas de higiene, de salubridad, de enfrentamiento vecinal también.

Hago un inciso para decir, a todas aquellas personas que han insultado, que han mentido, que han difamado, que han calumniado (por no hablar de expresiones que desde mi punto de vista incurren en delito), a una persona integra, honrada, buena en definitiva, que no saben lo que hacen, ni lo que dicen. Yolanda Rubio es una mujer honesta y, contrariamente a muchos y muchas que desde la comodidad de un teclado se han permitido denigrarla injustamente, que entrega su vida al servicio de su pueblo, de su gente. En ese sentido, afortunadamente, esta protegida de todas las lenguas irresponsables que la han vituperado. Nunca mejor dicho que no ofende quien quiere, sino quien puede. Y no, no se puede.

Sé que hay mucha gente que ama a los animales, o que simplemente los respetan; mucha gente buena que rechaza cualquier comportamiento que atente contra los derechos de seres que comparten con nosotros el planeta. Y es justo. Sin embargo, lo que me han demostrado muchas voces (no basta poner en tu perfil la foto de un gatito) es que, lejos de trabajar por la preservación de esos derechos, tan solo están llenas de un odio incompatible con una posición respetuosa con la Tierra y sus habitantes (con todos).

La Alcaldesa aplica la Ley. Y hay quienes la insultan hasta extremos repugnantes por ello. Equivocan el tiro. Si no gusta la Ley, trabajen para cambiarla. Hasta ese momento, es lo que tenemos.

Hay quienes apuntan teóricas soluciones. El llamado método o proyecto CES. Crear una colonia urbana de felinos mediante esa fórmula es posible. Desde mi punto de vista, tendrían que darse una serie de condiciones que, desde luego, no existen en nuestro caso. La primera que fuese una iniciativa colectiva ciudadana en la que se implicara la totalidad de la vecindad de una zona concreta. No puede ser que esa teórica solución devenga en enfrentamiento vecinal. La segunda, consecuente a la primera, es que el sostén de esa iniciativa (el financiero) sea asumido por esa colectividad. Difícilmente puede pedirse a un Ayuntamiento, que vela por los intereses de todas las ciudadanas y todos los ciudadanos, que haga recaer en las arcas públicas una iniciativa que no deja de ser de parte. La tercera y última pasaría por reclamar responsabilidad extendida en el tiempo a quienes pongan en marcha una colonia (sea de felinos, o de cualquier otra especie). 

Lo que no es de recibo es que cualquier protesta, en principio legítima si no se está de acuerdo con una decisión (aunque ésta sea correcta), se convierta en una especie de linchamiento verbal con un grado de iniquidad que, desde luego, retrata a sus promotores.

No todo tiene que ser hecho por la administración. Cualquier ciudadana o ciudadano puede, desde su compromiso personal o colectivo, hacerse cargo de un animal y darle una vida digna. 

Ahora bien, como he dicho, desde la comodidad de un teclado, muchas veces desde la distancia, sin más conocimiento de la realidad que los rumores, las mentiras, los bulos que se cuelgan impunemente en la red, proceder a esa campaña orquestada sirve sobre todo para darnos cuenta de que no todo, no toda, quienes se revisten de la condición de "animalista", lo es. Baste como muestra que no saben lo que es el respeto. 

Aljaraque seguirá progresando en la defensa del derecho de los animales, y lo hará de manos de una persona comprometida como es su Alcaldesa y de la de todo su equipo de gobierno. Y no será por presiones o amenazas, sino por convencimiento.

A algunos, a algunas, les digo: el viejo Possum huiría de ustedes.




sábado, 2 de julio de 2016

¿HAY ALGUIEN AHÍ, ADENTRO? GRITABAN DESDE FUERA

Antes de desarrollar esta segunda entrega de las razones por las que creo que el PP de Rajoy ha incrementado, con respecto a diciembre, su apoyo electoral, salta la noticia de la nueva "saca" de 8000 millones del fondo de reserva de la seguridad social (la hucha de las pensiones). Al tiempo, otro dato, la masa salarial en España se ha reducido en 20,000 millones de euros/año. Queda aún más claro lo que hemos argumentado en otras ocasiones. Se esta sustituyendo empleo por semiesclavitud. Igual solo se están alcanzando los objetivos que la derecha neoliberal se había marcado. El anuncio se hace cinco días después de las elecciones.

Ligo lo anterior con la segunda de las razones. El mensaje (falso, falaz, traicionero) de la derecha llega e impregna a amplias capas de la sociedad. Por el contrario, la argumentación de la izquierda penetra con una mayor dificultad. Con seguridad, influye en ello, en primer lugar, el hecho de que la mayor parte de los medios de comunicación de masas estén en mano de aquella. Así que, por cada idea de progreso que se hace llegar, varias en sentido contrario se extendieron ya, o lo harán para contrarrestar.

Parecía que la red iba a cambiar las cosas, que la democratización de las comunicaciones era inevitable. Que nuestra forma de percibir el mundo dejaría de estar mediatizada por las premisas que el neoliberalismo ha impulsado (banalidad, acriticidad, egoísmo, inseguridad). En parte se ha logrado, a cambio, tal es el ruido inherente a la masificación del uso y abuso de internet, que los efectos positivos han quedado sepultados en una maraña. Paralelamente, la rapidez con que aparecen y desaparecen  las noticias, opiniones, imágenes y otras entradas, han  debilitado aún más la capacidad de reflexión y la memoria. Todo pasa a una gran velocidad. Lo de hace un rato ya es viejo. Y así, de nuevo, quienes tienen la capacidad de producir, de controlar, vuelven a su favor esta herramienta que de ser comunicativa pasa, cada vez más, a ser alienante.

Los dos planos en que debe trabajarse la capacidad crítica de una sociedad, la de largo recorrido, vinculada a una estrategia (en sentido global, no solo del sistema específico en sí) educativa, y la del corto, la de emisión de mensajes coordinados, comprensibles, ilusionantes y movilizadores, están dominados por las élites financieras a través de sus vehículos políticos. 

Centrar todos los esfuerzos para combatir esta realidad en el juego del corto plazo puede tener algún efecto, pero solo si trabajamos seriamente y con inteligencia en el plazo medio y largo, en la educación, en la cultura, en los valores éticos esenciales y el cultivo de la razón, del pensamiento, podremos tener futuro. De lo contrario, la opresión parece tener el terreno ganado. Hay margen, y talento...

Otrosí digo, si sembramos mala semilla sobre un campo estéril, no habrá cosecha alguna, si extendemos buena semilla sobre un suelo yermo, o mala simiente sobre una buena tierra, solo recogeremos frutos mediocres, solo la buena semilla en campo fértil proporcionará un horizonte.


jueves, 30 de junio de 2016

LOS CREÍAN REFUGIOS, PERO SON CLOACAS

La catadura moral de una buena parte de este país es deplorable. Y no es que yo ponga en tela de juicio un principio elemental de la democracia cual es el respeto escrupuloso a la voluntad popular. Ocurre que tampoco admito que se coarte mi derecho, igualmente esencial, a la libre expresión crítica. Por eso afirmo que votar como se ha hecho por el Partido Popular, en una coyuntura en la que lo que define a esa formación es lo que es, significa una renuncia a principios éticos elementales. Por supuesto, una libre renuncia a esos principios, pero renuncia. Y eso es moralmente rechazable. 

A quienes lo han hecho porque el PP y sus políticas les convienen, son favorables a sus intereses, los entiendo. Repruebo su egoísmo (porque además, esta gente sí sabe), pero puedo razonar sobre los motivos que, ante sí mismos y los de su clase, les justifica. 

A quienes lo han hecho porque el PP y sus políticas representan mejor sus convicciones morales conservadoras y tradicionales (generalmente de extracción religiosa), también los entiendo. Al fin y al cabo, el fariseísmo es tan viejo como la propia religión. 

Por supuesto, entiendo a los que, de una u otra forma, viven mejor con un gobierno del PP porque el sustento lo obtienen del propio partido. Esta gente salta en los balcones de la victoria.

Para poder entender, sin embargo, a los millones de personas que no estando en esos grupos contribuyen con su voto a que el Partido Popular recupere parte del apoyo perdido (justamente) el pasado 20 de diciembre, para eso sí requiero del análisis.

La pregunta clave es, ¿qué lleva, a quien ha perdido derechos y libertades, prestaciones del Estado del Bienestar, incluso la sensación de vivir en un país decente, a quién se ha empobrecido con la austeridad, a quien ha sido engañado por falsas promesas, a apoyar a la formación política autora de esos desmanes?

No hay, lógicamente una única respuesta, ni las que hay son tan sencillas. Expondré mi tesis en diversas entradas (haría esta excesivamente larga, de lo contrario). Dejo aquí, no obstante, una primera razón. La más reconocida, la más frecuentemente mencionada, el miedo. En tiempos procelosos, la gente indefensa tiene miedo. Y tiende a refugiarse en quienes creen más fuertes, más seguros. Se engañan, es claro, pero si lo saben, aplican una visión a corto plazo. Como imagen, podríamos decir que pensaban en refugios, pero en realidad estaban entrando en las cloacas.


miércoles, 29 de junio de 2016

¿Y AHORA?

No diré que no me ha sorprendido la dimensión de la subida del PP en las elecciones del 26 de junio. Podía esperar una leve oscilación arriba o abajo, no este incremento. Parece, pues, que la estrategia largo tiempo mantenida con coherencia les ha dado fruto. Bueno para el Partido Popular, malo para la inmensa mayoría de las españolas y los españoles.

¿Y ahora qué? Es evidente que los 137 escaños son insuficientes para lograr una investidura sin negociar con otras formaciones. Le toca, por tanto a Rajoy ponerse en marcha para intentar sumar los apoyos o acordar las abstenciones que le conviertan de nuevo en Presidente del Gobierno de España. No es fácil, menos aún para dirigentes acostumbrados a mayorías absolutas y, por tanto, con poca cultura de la negociación.

En este escenario se está produciendo un fenómeno cuando menos, desde mi óptica, curioso. Otra vez, ahora con menos argumentos, el foco se pone sobre el PSOE y se le hace responsable de que se desatasque esta situación improrrogable de interinidad, so pena de ser culpable de un hipotético bloqueo institucional (no digamos ya de una repetición de las elecciones que supondrían casi una burla). Buena parte de la prensa, importantes firmas de opinión (algunas de ellas a las que respeto mucho, incluso cuando no las comparto), lo que podríamos llamar tertulianos o debatientes profesionales, a modo de coro de tragedia griega, demandan al PSOE que "se eche a un lado", "que permita la formación de un gobierno", en definitiva, que deje paso a "quien ha ganado las elecciones", o sea, al PP, o sea, a Rajoy, o sea a la Gürtell, a la Púnica, a la corrupción generalizada, a quien ampara en su gabinete a un ministro como Fernández Díaz, totalmente deslegitimado, no solo por esta inaceptable utilización del aparato del Estado para ir contra el enemigo político (emulando a la Stasi), sino por la acumulación de iniquidades y muestras de incompetencia reiteradas. Más aún, que se deje paso a un gobierno que ha sido responsable del desmantelamiento de buena parte del Estado del Bienestar, del recorte de derechos y libertades, del incremento de la desigualdad y la pobreza hasta límites vergonzosos. Y todo ello en nombre de la "responsabilidad". Ocurre que la victoria electoral no borra, no legitima, no amnistía...

No recuerdo haber asistido a ese mismo cántico colectivo cuando en Andalucía el PP bloqueaba la investidura de Susana Díaz como Presidenta de la Junta. Y no es que vaya a utilizar el infantilismo de "ahora te lo devuelvo", pero sí pido al Partido Popular que desempolve sus argumentos de entonces y se los aplique. Al fin y al cabo, les gusta la coherencia.

Que el PSOE debe estar en la oposición y no puede tomar iniciativa alguna para la formación de gobierno es evidente. Y en ese sentido, más allá de la reflexión sobre su presente y su futuro, le toca minimizar su presencia bajo los focos y actuar en sala de máquinas (a ser posible sin ruidos discordantes). De ahí a hacer posible la continuidad de la política de derechas que tanto daño nos ha hecho va un trecho que no se puede recorrer. No, desde luego, con mi anuencia.   


jueves, 23 de junio de 2016

¿POR QUÉ?

Jueves, 9, 23 30  horas.

Van llegando a la Casa del Pueblo. La sonrisa ancha. Enseguida la gorra verde. Tú aquellos, nosotros vamos para esta zona. ¿Quién se encarga de las pancartas? ¿Os hacen falta más carteles? Venga, vamos, tened cuidado. Y salen.

Miércoles, 22, 19 horas.

Un grupo en Corrales, dos en Aljaraque, y a llevar a cada casa un folleto explicativo de las razones por las que pedimos el voto para el PSOE.

Entremedio, se han colocado distintivos en diferente formato y en diversos lugares del municipio; se ha organizado un mitin de la Presidenta de Andalucía, Susana Díaz, diversos "puerta a puerta", actos en la calle, en el mercadillo...

¿Por qué?, habrá quien se pregunte. ¿Por qué, un grupo de personas sin ninguna responsabilidad institucional, algunas de ellas ni orgánica, se esfuerzan de esta manera? ¿Por qué sacrifican buena parte de su tiempo personal para repartir folletos, colgar carteles, circular con la megafonía del coche por las calles del pueblo...? ¿Por qué?

Sé que en un momento de descreimiento como el presente, en que todo apunta a que el individualismo más egoísta se ha instalado de forma preeminente en la sociedad de manera generalizada, la entrega y el sacrificio de un grupo de ciudadanas y ciudadanos, militantes en el PSOE por convicción ideológica, difícilmente se comprende. Es más, estoy convencido de que para mucha gente el "algo esperarán" constituye esa justificación de un gesto que, de otra forma, no entienden.

Y sin embargo, no es así; la capacidad de compromiso, sin más interés que el colectivo, no ha muerto. No en el Partido Socialista, al menos. El ejemplo que estas compañeras y compañeros suponen es un estímulo enorme, ilusionante, para seguir en una pelea que, por eterna, no deja de ser justa. Ellas y ellos quieren lo mejor para la gente, en especial para quienes menos herramientas personales disponen a la hora de buscar salir adelante (algo tan elemental, que debiera ser tan justo).

Por eso se esfuerzan, e intentan convencer. Por eso estarán el domingo mimando un proceso participativo y democrático. No hace falta buscarle más explicación. Es gente comprometida, y punto. La que nos hace falta siempre. La del PSOE. Gente de fiar.



jueves, 9 de junio de 2016

¿SOCIALDEMOQUÉ?

Una coalición electoral, o sea, una alianza formada antes de unos comicios y para esos comicios, es algo diferente a un pacto postelectoral. Implica la confección de un programa común, candidaturas comunes, imagen común. Por eso, una coalición electoral solo puede hacerse entre iguales, a lo sumo entre muy parecidos.

Esto de Unidos Podemos (insistiré una y otra vez en el machismo inherente al nombre) no es diferente. Aquí una formación ideológicamente muy definida (Izquierda Unida), cuyos planteamientos, sometidos a la consulta popular en muchas ocasiones, ha obtenido el respaldo que ha obtenido, se coaliga con otra que, pese al oscurantismo cambiante (no puedo evitar que me recuerden a "Predator"), debe ser de naturaleza ideológica similar. De esta manera, se conforma una oferta electoral marcada sobre todo por la impronta de IU (al fin y al cabo, la que tiene como hemos dicho personalidad identificable). Lo que se ha construido es pues una Izquierda Unida algo más amplia. Por mucho que, ante la ciudadanía, pretendan disfrazarse de algo distinto.

En el fondo, los dirigentes de Pudimos, muy expertos politólogos ellos (que no ellas, obsérvese), saben que ese emparejamiento los identifica, o mejor, los posiciona. No les conviene. A los populismos "malos", los que pretenden camelarse a todo el mundo diciendo a cada cual aquello que creen que quiere oír, cualquier ubicación visible les resta capacidad de engatusamiento. Pierden apoyos. Todas y todos quienes vienen a decir "¡Ah!, esto no es lo que yo creía. Esto no es un proyecto nuevo, de naturaleza participativa, transversal, superador de dialécticas anticuadas. No, no, esto no es sino un timo".

Ahí es donde entra un malabarismo que podríamos definir como mentira al cuadrado. Es decir, una mentira multiplicada por otra. Da igual que el resultado sea una incoherencia capaz de sumir en la perplejidad absoluta a cualquier razonamiento crítico. Aquí no se trata de eso, solo de seguir cambiando la bola de vaso, a ver si conseguimos que el paleto pique.

¿O es que no resulta hilarante ver como el Sr. Iglesias Turrión se presenta como adalid de la Socialdemoqué?. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas. Mejor se hubiera afiliado al PSOE. Seguiría teniendo posibilidad de ser algún día Presidente del Gobierno, lo tendría que trabajar más -también es cierto-, pero al menos sí podría calificarse, sin rubor, como socialdemócrata. 



¿A qué suena también a chiste? 


viernes, 27 de mayo de 2016

PUDIMOS (PUDISTEIS O PUDIERON)

Fueron presente, "Podemos" (es cierto que yo los veía de subjuntivo), creo que ahora ya son pasado. Independientemente del resultado que puedan obtener en las urnas el próximo 26 de junio, fuesen estos buenos -por una cierta inercia y por el aporte de determinados sectores de IU-, o malos -ya que la suma que se hace en el imaginario no necesariamente será la real, menos cuando se cayó la harina de las patas-, lo cierto es que han dejado muy pronto de representar aquello que alegaban, aquella nueva política transversal, lejos de la dicotomía izquierda derecha, mas centrada en una (hemos de suponer que diferente) dialéctica arriba y abajo, asamblearia, participativa, de la gente... El bluf ha sido desmontado. Se toman decisiones arbitrarias, casi dictatoriales, se programan las consultas como los referéndums del franquismo (nacidos para ganar), todo bien atado, por canales escasamente controlables, se cambia de posición. incluso de paradigmas, como hacía Guillermina Motta con los hombres, "como si fueran ropa interior, de quita y pon".

Todo el tinglado, en cuanto se ha visto expuesto a los embates de la realidad, se ha venido bastante abajo, como un bizcocho al que se le abre la puerta del horno antes de tiempo. Y ha mostrado su cara, con ella, sus contradicciones, germen de falsedades. Rancia política disfrazada. Esta "intelligentsia" de baja estofa ya no da para más.

Busca en IU, todo un referente de la vieja política, hasta ayer denostada, un salvavidas. Puede ocurrir, como a algunas personas al borde del ahogamiento, que su desesperación arrastre a quien se supone le ha de salvar. No sería una buena noticia, creo que la izquierda que representa IU es necesaria dentro de un sistema de opciones lo más amplio posible. Lo que no cabe para mí en esa panoplia es lo camaleónico. Representa un modo de adaptarse, pero no es de fiar.

Rajoy sigue ahí, lo que es peor, pareciera (a saber cuánto hay de manipulación en muchas encuestas, quien tiene el poder económico aspira a dirigir la opinión) reforzar su indefendible y hedionda posición. ¿Acaso no nos suena? Necesito mantener a un enemigo que me confiera la fuerza de lo opuesto, para recoger a quienes son contrarios a él. ¿Cómo sacar del gobierno entonces a la derecha? Claro que pudisteis, claro que pudieron, pero no se quiso, no se hizo. Y las razones están claras. 

Cada vez espero de la ciudadanía inteligencia para distinguir aquello que le conviene. No siempre sucede así. Ojalá, este próximo 26 J, se pronuncie de manera clara y rotunda por un "SI, POR EL CAMBIO".

https://www.youtube.com/watch?v=WlKVjYjxEzE

lunes, 23 de mayo de 2016

SPPAIN IS VERY DIFFERENT

Observen estos titulares de prensa:


Dimite la ministra de Educación alemana por plagiar su tesis doctoral

Annette Schavan es el segundo miembro del Gobierno de Merkel que abandona su cargo por copiar. El mismo escándalo afectó al exministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg en 2011

Un exministro británico dimite por mentir sobre una multa de tráfico
Hace diez años, para no perder los puntos que le quedaban en el carnet de conducir, el político alegó que era su esposa y no él quien iba al volante.



El primer ministro de Islandia tarda sólo 45 horas en renunciar por los papeles de Panamá


Sigmundur Gunnlaugsson reclamó antes la disolución del Parlamento, pero el presidente no le dejó más alternativa que la retirada al comunicarle que haría una ronda de consultas con otros partidos.

Son solo tres casos, podríamos poner más. Asunción de responsabilidades en políticos y políticas de alto nivel por asuntos que, en algún caso, aquí nos harían sonreír, y poco más.

Veamos ahora este:


Internacional
ATENTADO EN KABUL


Francia alertó a la embajada española ocho horas antes del atentado de Kabul
Según el testimonio de los policías supervivientes, la Agregaduría Francesa de Defensa en Kabul alertó por escrito del riesgo de atentado inminente contra alguna sede diplomática
El asalto se saldó con ocho muertos: dos policías españoles, cuatro agentes afganos y dos empleados locales



Creo que no hace falta mucha aclaración. No obstante diré, me parece una vergüenza que esto ocurra, que ningún miembro del Gobierno dé explicaciones. Me parece revelador de la cultura escasamente democrática del PP que ni el de Interior, ni el de Exteriores, ninguno de estos ministros haya presentado de manera inmediata su dimisión. No se trata de plagiar una tesis, ni de mentir por una multa de tráfico, ni siquiera los papeles de Panamá (ya eso le costó a Soria el cargo). En este caso, hay muertes de por medio. Hubieran sido evitables o no. Lo cierto es que no se hizo nada. Y de esa inacción el resultado sí es claro. Dos policías españoles muertos, cuatro agentes afganos y dos empleados locales. Y aquí nos entretienen persiguiendo banderitas. ¿Despertaremos?