miércoles, 29 de junio de 2016

¿Y AHORA?

No diré que no me ha sorprendido la dimensión de la subida del PP en las elecciones del 26 de junio. Podía esperar una leve oscilación arriba o abajo, no este incremento. Parece, pues, que la estrategia largo tiempo mantenida con coherencia les ha dado fruto. Bueno para el Partido Popular, malo para la inmensa mayoría de las españolas y los españoles.

¿Y ahora qué? Es evidente que los 137 escaños son insuficientes para lograr una investidura sin negociar con otras formaciones. Le toca, por tanto a Rajoy ponerse en marcha para intentar sumar los apoyos o acordar las abstenciones que le conviertan de nuevo en Presidente del Gobierno de España. No es fácil, menos aún para dirigentes acostumbrados a mayorías absolutas y, por tanto, con poca cultura de la negociación.

En este escenario se está produciendo un fenómeno cuando menos, desde mi óptica, curioso. Otra vez, ahora con menos argumentos, el foco se pone sobre el PSOE y se le hace responsable de que se desatasque esta situación improrrogable de interinidad, so pena de ser culpable de un hipotético bloqueo institucional (no digamos ya de una repetición de las elecciones que supondrían casi una burla). Buena parte de la prensa, importantes firmas de opinión (algunas de ellas a las que respeto mucho, incluso cuando no las comparto), lo que podríamos llamar tertulianos o debatientes profesionales, a modo de coro de tragedia griega, demandan al PSOE que "se eche a un lado", "que permita la formación de un gobierno", en definitiva, que deje paso a "quien ha ganado las elecciones", o sea, al PP, o sea, a Rajoy, o sea a la Gürtell, a la Púnica, a la corrupción generalizada, a quien ampara en su gabinete a un ministro como Fernández Díaz, totalmente deslegitimado, no solo por esta inaceptable utilización del aparato del Estado para ir contra el enemigo político (emulando a la Stasi), sino por la acumulación de iniquidades y muestras de incompetencia reiteradas. Más aún, que se deje paso a un gobierno que ha sido responsable del desmantelamiento de buena parte del Estado del Bienestar, del recorte de derechos y libertades, del incremento de la desigualdad y la pobreza hasta límites vergonzosos. Y todo ello en nombre de la "responsabilidad". Ocurre que la victoria electoral no borra, no legitima, no amnistía...

No recuerdo haber asistido a ese mismo cántico colectivo cuando en Andalucía el PP bloqueaba la investidura de Susana Díaz como Presidenta de la Junta. Y no es que vaya a utilizar el infantilismo de "ahora te lo devuelvo", pero sí pido al Partido Popular que desempolve sus argumentos de entonces y se los aplique. Al fin y al cabo, les gusta la coherencia.

Que el PSOE debe estar en la oposición y no puede tomar iniciativa alguna para la formación de gobierno es evidente. Y en ese sentido, más allá de la reflexión sobre su presente y su futuro, le toca minimizar su presencia bajo los focos y actuar en sala de máquinas (a ser posible sin ruidos discordantes). De ahí a hacer posible la continuidad de la política de derechas que tanto daño nos ha hecho va un trecho que no se puede recorrer. No, desde luego, con mi anuencia.   


No hay comentarios:

Publicar un comentario