domingo, 27 de diciembre de 2015

EL COMPLEJO RESULTADO ELECTORAL

Vaya por delante mi (cada vez menos) estupor porque un partido político, con el marchamo de corrupción que presenta en un número importante de sus dirigentes, como el PP sea el más votado por la ciudadanía española. Sí, muy lejos de la mayoría absoluta; sí, con una caída importante, casi una debacle, pero ahí está, con más de siete millones de votos. Particular sonrojo, como muestra, el caso del candidato segoviano implicado en la percepción de suculentas comisiones cuando menos, desde mi óptica, deshonestas. Refrendado por el voto particular, pese a todo.

Por lo demás, un tablero harto complejo, sin aparente posibilidad de enhebrar siquiera una mayoría capaz de sacar adelante una investidura. ¿Vamos, pues, hacia otros comicios? Tiempo al tiempo, pero la probabilidad es alta. 

Las alternativa que pasa por la derecha que representan PP y Ciudadanos se antoja muy complicada. El nacionalismo catalán, que en circunstancias semejantes, históricamente, contribuyó a posibilitarla, hoy no parece que pudiera siquiera planteárselo, hay demasiado recorrido a estas alturas, demasiadas ataduras al banco del independentismo en rebelión. La amalgama posible restante no llega a los necesarios números.

La izquierda (o la izquierda y los de "abajo") tiene dos retos. El primero construir (o reconstruir) un lenguaje común que permita siquiera dialogar. Parece complicado. El segundo, conseguir un acuerdo de mínimos en cuanto a bases programáticas. Esto ya, a menos que el "donde dije digo" se convierta en "digo Luis", si que aparenta ser directamente imposible.

En democracia, la voluntad popular expresada en las urnas es lo esencial. Debe ser respetada en todo lo que vale. Es la concreción de nuestra libertad. Ello no la hace eximida de análisis crítico. Hay hartazgo, también interés renovado por la política como herramienta para cambiar las cosas, aunque pudiera parecer contradictorio. No lo es, pero si complicado, sí difícil de gestionar después. Por eso, el tiempo que se abre es apasionante, y nos debe hacer estar muy atentos a cuanto acontezca. Se está labrando un peldaño más en el futuro de este país. Y puede que tengamos que hablar de nuevo dentro de poco. Desde la perspectiva de este blog, lo irrenunciable para el socialismo no entra en negociación. Sabemos ya, porque lo hemos vivido (lo estamos padeciendo), que, de hacerlo (con todos los argumentos justificativos que se puedan poner sobre la mesa), habrá consecuencias. 



sábado, 10 de octubre de 2015

El candidato sorprendente

Supongan que un tipo va y dice que "exportar es muy importante, que se le venden cosas a los demás y que eso genera empleo", o que afirma, con solemnidad incluso, "que los catalanes hacen cosas". Ese personaje también sabe que "los españoles son muy españoles y mucho españoles". Incluso hace profundos análisis socio económicos que concluyen que "un vaso es un vaso, y un plato es un plato". Esa mente preclara es Presidente del Gobierno de España. Un Presidente que, cuando es pillado en la ignorancia supina sobre la imposibilidad de quitar la nacionalidad española a una ciudadanía catalana hipotéticamente independiente, pregunta aquello, con tono de "te pillé", ¿y la europea?. 

Estas cosas pueden ser tomadas como anécdotas, pero se refieren a una persona que ostenta la máxima responsabilidad política en nuestro país. A partir de esa evidencia, las estupideces dejan de ser objeto de sorna, para transformarse en fuente de honda preocupación. No quiero ni un ápice de poder en manos de quien demuestra con la palabra -no lo olvidemos, vehículo del pensamiento- ese grado de estulticia.

Y esa persona, ese intelecto, volverá a ser candidato a Presidente del Gobierno. ¿Es que no hay en el Partido Popular ningún inocente, aunque no sea un niño, que pueda gritar con el valor de una afirmación ingenua: "Está desnudo, Rajoy está desnudo"?.


martes, 6 de octubre de 2015

POR DECENCIA

El presidente Rajoy ha anunciado, en un foro inadecuado eso sí, la celebración de elecciones generales para el próximo 20 de diciembre. No entraremos en la cuestión de las fechas, por rechazable que sea. No nos distraigamos. Ese día nos jugamos mucho. Nos jugamos que la indecencia política, el egoísmo como ideología, el ariete del poder financiero y salvaguarda de privilegios e impulsor de desigualdades, consiga engañar otra vez, asustar otra vez, manipular otra vez para continuar su trabajo de eliminación de derechos y libertades y de destrucción del Estado del Bienestar.

La dispersión de la atención ciudadana por la aparición de formaciones políticas en apariencia novedosas, fuertemente impulsadas desde plataformas mediáticas concretas, es un riesgo añadido. También el daño que le han producido a la alternativa socialista determinados comportamientos indignos que, por producirse en el seno de una formación que defiende como ninguna otra la decencia, son más duras y también más dañinas.

Es trabajo nuestro erradicarlas, también conseguir que la negra tinta que han lanzado no se trague todo lo que el socialismo ha hecho en este país y todo lo que puede hacer en el futuro por sus gentes. Desde un compromiso firme con la honestidad, que nunca nos ha faltado como colectivo que lucha por un mundo más justo, mejoremos nuestros mecanismos de toma de decisiones, incrementemos el control interno y hagámonos más transparentes si cabe, nada que violente nuestro ser político esencial. 

Porque no nos equivoquemos, si alguna alternativa hay a este indecente camino de los recortes y el incremento de la pobreza y de la desigualdad, favoreciendo a una minoría frente a la inmensa mayoría de "gente corriente", esa es la socialista, la que representa el PSOE y hoy su candidato a la Moncloa,  Pedro Sánchez.

Sé que las agrupaciones locales pondrán todo el esfuerzo de su militancia (que honor ser compañero de tanta y tanta buena -en sentido profundo, además- gente), que desde las direcciones del Partido a todos los niveles, el trabajo está garantizado. Que sea desde la Unidad. Porque este país merece otra senda, la que nos conduce a un mundo más justo, más sano, más honesto. Por eso vamos a darlo todo para convenceros, desde un compromiso firme, por DECENCIA.


viernes, 7 de agosto de 2015

LA GESTIÓN DEL EGOÍSMO

Terminaba diciendo que ahora tengo que gestionar la conciencia del egoísmo frente al otro. El Mediterráneo se está convirtiendo en una gran fosa común, donde hombres, mujeres, niñas y niños que solo buscan salir del conflicto, del miedo, de la pobreza, encuentran a diario la muerte ante -resulta duro decirlo-la indiferencia europea colectiva. Nada de manifestaciones masivas en Berlín, en París, en Madrid, para decirle a los gobernantes que tienen que dar una solución a esa gente, que el conocimiento que nos da el acceso casi ilimitado a la información en tiempo real nos impide ya ignorar, o hacer como que ignoramos, lo que está ocurriendo.

El socialismo tiene, además, una responsabilidad añadida. Frente a otras opciones, que con claridad meridiana, sin tapujos, se muestran xenófobas, o aquellas otras que, siéndolo, lo disimulan mediante la perversión del lenguaje, el socialismo se basa en la igualdad, el internacionalismo, la búsqueda de la justicia social UNIVERSAL. 

Es obvio que el sistema democrático hace que cada formación política, si quiere acceder al gobierno y poner en marcha sus políticas de forma real y efectiva, deba conseguir el respaldo mayoritario de la ciudadanía. Sus propuestas, por tanto, han de conjugar, necesariamente, la base ideológica con el estudio demoscópico (la pulsión de la calle, sea cual sea el canal de percepción). Sin lo primero, estaríamos ante un populismo absoluto, sin lo segundo, ante la radicalidad minoritaria. En ambos casos, caminos difícilmente productivos.

¿Qué piensa la mayoría de ciudadanas y ciudadanos de la Unión con relación a la posibilidad de acoger a todas esas PERSONAS a que nos referimos? 

Si son sinceras y sinceros al contestar esta pregunta, tendrán la clave de muchas otras respuestas. Otra cosa distinta es plantearse: ¿Qué hacemos, entonces?


jueves, 25 de junio de 2015

SÁLVESE QUIEN PUEDA

Una de las muchas cosas que diferencian una concepción del mundo desde la derecha frente a otra socialista (diferencia nuclear, eso sí) es aquella que se refiere al modo de afrontar el tránsito por la vida. Para los seres humanos, hacerlo en sociedad es ineludible. No cabe un modelo absolutamente individual. Sentada esa premisa, ese caminar juntos admite muchas variantes. Desde aquella que se plantea en pié de igualdad (todos nacemos iguales, morimos de igual forma) en cuanto a derechos y posibilidades, eliminando diferencias abusivas, 


hasta aquella otra en que el individualismo llevado a su extremo implica explotar al otro para vivir en la opulencia yo, llegando a límites que significan miseria absoluta (que imposibilita la supervivencia) frente a lujo inimaginable para el común.

Mientras la derecha, justificándolo en la libre competencia como modelo de progreso (una especie de darwinismo socio económico), opta por esta última fórmula y defiende así los privilegios (adocenando a la sociedad mediante mecanismos complejos),


la izquierda, el socialismo, aboga por mecanismos pactados que reduzcan las diferencias que las distintas capacidades y actitudes puedan generar, manteniéndolas en unos niveles "asumibles" (por justos, con toda la imprecisión que el término conlleva).

Hay unos primates en Japón que se han adaptado a vivir en la nieve, en un medio hostil, aprovechando la existencia de charcas termales de origen volcánico. En ellas se sumergen para evitar el frío. Pero no a todos los individuos les está permitida esa inmersión, solo a los familiares de los dominantes. El resto está condenado al rigor exterior.


Cuando vi un documental que retrataba este comportamiento, pensé que aquellos que tenían derecho a entrar en el agua caliente eran unos (aquí coloquen algunos insultos apropiados, acertarán). Después, oyendo las penalidades de una familia paquistaní que, huyendo del conflicto, de la muerte casi segura, llegaban a Grecia por mar (en una embarcación saturada, con un riesgo evidente) y encontraban un recibimiento hostil (no por los griegos) por parte de una Unión Europea egoísta, caí en la cuenta de que yo estoy inmerso en el agua caliente. Ahora tengo que gestionar eso. No es fácil.


jueves, 28 de mayo de 2015

DE TODOS O DE NADIE, DIFERENCIA CRUCIAL

He tenido ocasión de escuchar diálogos de un tenor parecido a este:

- No tires esa basura ahí - afirma alguien reprendiendo a quien lanza una bolsa a la zona ajardinada de un parque (por ejemplo).
- Y eso, ¿por qué?, si esto no es de nadie- replica el incívico.

Sirva de ejemplo una conversación aparentemente banal, para, profundizando, descubrir un significado de fondo, determinante.

La diferencia entre el "es de todos", referido a lo público en general, frente al "no es de nadie" viene en esta tierra de lejos. Hay una cierta tradición cultural que nos lleva a un cuidado exquisito de los espacios propios, privados, frente a una dejadez, cuando no a un maltrato, de los colectivos. No es un tema menor.

Si hay un aliado de la desigualdad es la pérdida del sentido de lo común, de aquello que pertenece al grupo, en detrimento de una valoración excesiva de lo propio. Tengamos en cuenta, además, que ese concepto de posesión no deja de ser una convención, como todas, artificial que garantiza el valor de uso mediante el contrato social o la coerción. A medida que la diferencia del valor de la propiedad entre seres humanos se acrecienta, el factor coercitivo adquiere mayor peso frente al mero acuerdo plasmado en norma. Por contra, lo compartido, lo que "es de todos" ejerce una función de equilibrio, igualadora, que conviene resaltar. A mayor valor de lo común, menor desigualdad. 

Una parte esencial de ese "común" la constituye el conjunto de servicios públicos. Nacidos como concesión frente a la rebelión consecuente al punto de ruptura de la tensión interclasista, su crecimiento, extensión, consolidación y mejora constituye uno de los grandes logros de las políticas de izquierda.

La gran pregunta es si hoy es posible trabajar en el crecimiento y mejora constante de lo público frente a los depredadores financieros, que buscan el trasvase de todo aquello que pueda constituir negocio, es decir la obtención de ganancias propias a partir de la necesidad ajena, para la iniciativa privada. A bote pronto, concluimos que no es fácil. Tampoco imposible. Una cosa está clara, en determinar los modos para hacer esto posible nos va la propia pervivencia del concepto de izquierda y, con él, el de esperanza.

 

viernes, 22 de mayo de 2015

CARTA ABIERTA A LA VECINDAD DE ALJARAQUE

           
 
Aljaraque, Mayo 2015.

Estimadas vecinas, estimados vecinos:

Tras ocho años como concejal en el Ayuntamiento de Aljaraque, por el Partido Socialista, llega el momento de dejar la primera línea de la política municipal y dar paso a una candidatura renovada, encabezada por una mujer, Yolanda Rubio, caracterizada por su honestidad, su compromiso para con el pueblo, su convicción ideológica profunda y su capacidad para gestionar un proyecto de futuro, de progreso, desde la alcaldía de Aljaraque. Tomaremos, como pueblo, una sabia decisión si le encargamos el gobierno local. Porque ella sabe lo que hay que hacer para resolver los problemas y sabe cómo hacerlo. No en balde posee una sólida formación, y combinada con una firme convicción ideológica a favor de la justicia social, la determinación de una mujer valiente, y un buen equipo, resulta una opción segura, fiable también por honrada.

No puedo, ni debo hacerlo sin agradecer a cuantas personas depositaron su confianza en el equipo que he encabezado, dándonos lo más valioso en democracia, el respaldo del voto. De igual manera, a toda la gente que, desde la discrepancia, nos hizo llegar su crítica respetuosa y en muchas ocasiones constructiva. A quienes insultaron, calumniaron o difamaron nada he de decirles, allá cada cual con su responsabilidad.

En todo este tiempo hemos intentado hacer, desde la honradez, lo que  consideramos mejor para la gente de nuestro pueblo, en especial para quienes más necesitan de lo público como garante de la justicia social; siempre desde una posición política clara.

Ha habido en estos años, y en especial en el periodo de gobierno municipal, momentos muy duros, muy difíciles. Gestionar un Ayuntamiento sin patrimonio (todo se había vendido), que vivía de la construcción, cuando esta desaparece, se hizo muy complicado. A pesar de todo, incluso de la desinformación sistemática que el PP ha puesto en marcha, dejamos un Ayuntamiento con más en el haber que en el debe. Y con nuevos caminos abiertos para cambiar el modelo y hacerlo sostenible.

También he de reconocer muchas satisfacciones. Como cuando vuelvo la vista atrás y reflexiono sobre lo hecho (desde el apoyo al Economato Resurgir, hasta los educadores de calle, pasando por tantas y tantas iniciativas), cuando veo entrar y salir a nuestras niñas y niños de la Escuela Infantil Municipal, o de la Escuela de Música, cuando paso ante un Centro Cívico donde cualquier asociación está desarrollando una actividad, cuando paseo por alguno de los muchos carriles creados en nuestros espacios naturales, cuando veo, al fin, todas las cosas que pudieron ponerse a disposición de la vecindad en cuatro años. Y cómo no, cuando compruebo que el Parque Científico, algo que nadie imaginaba que pudiera instalarse en nuestro pueblo, es hoy una realidad que ya ha comenzado y que tiene ante sí, si trabajamos bien, un gran futuro, un futuro importante para nuestra provincia y para Aljaraque.

Nos quedaron cosas por hacer, alguna de ellas en marcha, pero la ciudadanía decidió que pasáramos a la oposición y en ella hemos intentado seguir aportando, con nuestras críticas, con nuestras iniciativas, también con nuestras denuncias, a la mejora de nuestro pueblo. Creo, no obstante, que estos últimos cuatro años han sido no ya perdidos, sino de claro retroceso.

No diré que me siento orgulloso -porque hacer lo normal no constituye ningún mérito- al afirmar que, acabado este periodo en el Ayuntamiento, puedo seguir mirando a la cara a quienes hemos representado. Nadie, sin faltar a la verdad, podrá cuestionar nuestra honestidad. Podrán criticar, incluso ferozmente, nuestro trabajo, es lógico. Ahora bien, que el equipo municipal socialista, tanto en la etapa de gobierno cuanto en la de oposición, ha sido absolutamente honrado, es algo que puedo afirmar alto y claro.

Gracias, una vez más, por contribuir al progreso común. Continuemos en esa senda, sin dejar a gente por el camino. Todos nacemos iguales y dejamos este mundo de la misma forma. Hemos de conseguir que el tránsito sea también equitativo y justo. Como decía Alfonso Guerra, que nadie tenga tanto que pueda permitirse humillar a otros, ni que esos otros tengan tan poco que se vean obligados a humillarse ante el pudiente. Sigo teniendo claro que luchar por la felicidad de todas y todos debe seguir siendo el objetivo de nuestra acción política.

Fuera ya de la responsabilidad municipal continuaré estando a disposición de todas y todos. Gracias. Un fuerte abrazo:


José Martín Gómez
Portavoz del Grupo Socialista.

sábado, 2 de mayo de 2015

ELOGIO DEL DISENSO

No hay opinador u opinadora que se precie que no haga un llamamiento al consenso, al acuerdo entre las formaciones políticas en cualquier tema, en especial en aquellos que gustan  llamar "de Estado". Es mayoritaria, por no decir prevalente, la idea de que en educación, por ejemplo, lo ideal sería un modelo consensuado, que permaneciera en el tiempo hasta poder comprobar su valía, proporcionando en cualquier caso un marco estable valorado per se como positivo. Esta misma afirmación podría plantearse de otras muchas cuestiones en las que "debieran ponerse de acuerdo" las diferentes opciones políticas, algo que, además, es "demandado por la ciudadanía".

En ocasiones, ese llamamiento al consenso (palabra puesta de moda en su día por Felipe González) parte de los propios representantes políticos. Veamos algún ejemplo:




En apariencia, pues, ese "consenso", ese acuerdo sería un buen (hay quien opina que el mejor, otros incluso creen que el único) mecanismo para nuestro avance como sociedad democrática. Lo cierto es que suena bien, le ocurre como a ciertas flores de plástico, muy logradas, quedan bien, pero ¡son falsas!.

En teoría, el consenso se construye mediante la aproximación de posturas, desde las inicialmente defendidas -en política, hay que entender que fundamentadas en los ideales- hasta aquellas que pueden ser aceptadas, asumidas, por la otra, por las otras partes, cuya posición de salida era diferente, cuando no contraria. Se produciría, de esta manera, una renuncia parcial a lo que se considera ideal para en aquello que se mantiene y que se supone puede ser compartido, alcanzar el "consenso" como un bien por encima de las convicciones propias de cada parte.

Para cada uno de los inicialmente oponentes, existe una renuncia obligada a lo que consideran el ideal. ¿Qué ocurre entonces si una de las partes lleva razón y su propuesta, su "ideal" es el justo, el adecuado, el mejor? Debe surgir aquí, en este momento, la cuestión clave. ¿Justo para quién o para quienes? ¿Mejor para quién o para quienes? Si entendemos, como yo la entiendo, la política como la confrontación (ojo, no necesariamente violenta) entre intereses de grupos (más o menos numerosos en cuanto al número de personas que integran cada uno), es verdad que no necesariamente homogéneos en su totalidad pero mayoritariamente compartidos, el consenso implica la renuncia a una parte de los intereses defendidos en pos de una solución pacífica a la dialéctica.

Sin entrar en cuánto tienen de artificio, exento de cualquier convicción profunda, sobre la bondad de alcanzar acuerdos (véase la segunda nota para apreciar contradicciones que señalan la hipocresía),  los discursos, pasemos a utilizar la educación como ejemplo de nuestro "elogio del disenso". 

Es más que evidente que en lo referido al sistema educativo existen posiciones muy diversas que van, simplificaré para encajar la reflexión en una entrada de blog, desde el concepto de educación como mecanismo esencial para mantener los privilegios y el status social, hasta aquel otro que la considera pieza esencial en la búsqueda de la justicia social. Alcanzar el "consenso" para diseñar un sistema relativamente estable, duradero, no sometido a cambios legislativos constantes en función de qué punto de vista ha resultado vencedor en cada comicio, supone, es innegable, renunciar a parte del carácter "clasista" que puede conllevar una fórmula, por un "bando", y a parte del poder igualitario que podría tener otra, por el contrario. Si ambas posiciones fuesen equidistantes de un concepto objetivo de lo justo -que existe, que es posible concretar desde la filosofía-, el acuerdo sería todo un logro. Pero no es así, no es así en absoluto, no hay equidistancia. Por eso, quien entiende estar cerca de ese "lo justo" que hemos señalado como existente, no puede renunciar a un fragmento de esa justicia para así lograr una parte de sus objetivos. Ello conllevaría la aceptación delo injusto. Por eso elogio el disenso, y busco, antes que nada, la plasmación de mis ideales, lo otro, lo otro es el mal menor. Esa es ya una discusión nueva. 




domingo, 1 de febrero de 2015

DIVIDE Y VENCERÁS O LAS NUEVAS TÁCTICAS DE MARKETING POLÍTICO EN LA SOCIEDAD GLOBAL

No es muy difícil imaginar que a la derecha clasista que representa en España el Partido Popular (con todas sus adherencias tardofranquistas), encargada de aplicar en nuestro país el recetario del poder financiero internacional (con sumo gusto, eso sí), no se le escapa que esa gestión, que implica un castigo severo a amplias capas de la ciudadanía y, como uno de sus resultados un intolerable aumento de la desigualdad social y económica, tendrá sus consecuencias electorales. Cierto que, como siempre, con el concurso además de medios de comunicación no ya afines, sino cómplices, una buena parte de nosotros, de la gente corriente, sucumbirá a sus mensajes, adopten éstos la tonalidad del canto de sirena o de llamada de alerta ante peligros diversos que hacen recomendable colocarse al amparo, vampírico indefectiblemente, del aparentemente fuerte. Con todo, habrá una clara disminución de apoyos y, en consecuencia, una más que previsible pérdida de la mayoría absoluta.

¿Qué hacer ante ese horizonte? ¿Cómo solventar el hecho de que será objetivamente difícil buscar alianzas con otras fuerzas políticas? 

Dos cosas. La primera, ya señalada, incrementar todos los modos de distracción, atontamiento y alienación posibles con la inestimable cooperación de sus aliados clásicos (sí, esos que imagináis). La damos por puesta en marcha, ahora ya a todo trapo. La segunda, la que hoy nos ocupa, se ejecuta en el campo contrario. Promover la fragmentación del enemigo, y/o potenciarla una vez aparecida, es un recurso históricamente utilizado por efectivo.

No seré yo quien afirme que la propia derecha es  autora del discurso, de los discursos. Tampoco que quienes los proclaman y se supone que actúan de acuerdo a ellos sean radicalmente hipócritas. Pero sí señalaré las contradicciones inherentes a los mismos y, en especial, a sus consecuencias caso de ser llevados a la práctica.

Ahora bien, ¿cómo promover o potenciar esa fragmentación buscada? Ante todo, promocionando a los disidentes emergentes, después colaborando en la distribución de su mensaje, más tarde otorgándoles credibilidad mediante la crítica pública feroz, ninguneando al tiempo las opciones a debilitar o jugando a flirtear con ellas para dar legitimidad a las primeras.

Ese proceso está ahora mismo en funcionamiento  en nuestro país. Identificarlo con claridad es la primera condición para combatirlo.