lunes, 23 de mayo de 2016

SPPAIN IS VERY DIFFERENT

Observen estos titulares de prensa:


Dimite la ministra de Educación alemana por plagiar su tesis doctoral

Annette Schavan es el segundo miembro del Gobierno de Merkel que abandona su cargo por copiar. El mismo escándalo afectó al exministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg en 2011

Un exministro británico dimite por mentir sobre una multa de tráfico
Hace diez años, para no perder los puntos que le quedaban en el carnet de conducir, el político alegó que era su esposa y no él quien iba al volante.



El primer ministro de Islandia tarda sólo 45 horas en renunciar por los papeles de Panamá


Sigmundur Gunnlaugsson reclamó antes la disolución del Parlamento, pero el presidente no le dejó más alternativa que la retirada al comunicarle que haría una ronda de consultas con otros partidos.

Son solo tres casos, podríamos poner más. Asunción de responsabilidades en políticos y políticas de alto nivel por asuntos que, en algún caso, aquí nos harían sonreír, y poco más.

Veamos ahora este:


Internacional
ATENTADO EN KABUL


Francia alertó a la embajada española ocho horas antes del atentado de Kabul
Según el testimonio de los policías supervivientes, la Agregaduría Francesa de Defensa en Kabul alertó por escrito del riesgo de atentado inminente contra alguna sede diplomática
El asalto se saldó con ocho muertos: dos policías españoles, cuatro agentes afganos y dos empleados locales



Creo que no hace falta mucha aclaración. No obstante diré, me parece una vergüenza que esto ocurra, que ningún miembro del Gobierno dé explicaciones. Me parece revelador de la cultura escasamente democrática del PP que ni el de Interior, ni el de Exteriores, ninguno de estos ministros haya presentado de manera inmediata su dimisión. No se trata de plagiar una tesis, ni de mentir por una multa de tráfico, ni siquiera los papeles de Panamá (ya eso le costó a Soria el cargo). En este caso, hay muertes de por medio. Hubieran sido evitables o no. Lo cierto es que no se hizo nada. Y de esa inacción el resultado sí es claro. Dos policías españoles muertos, cuatro agentes afganos y dos empleados locales. Y aquí nos entretienen persiguiendo banderitas. ¿Despertaremos?





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