Puede que sea como una moda esto de "pasarse cuatro pueblos" (Margallo dixit). Total, comprobado que en este país la poca vergüenza no pasa factura, qué razón habría para detenerse en la estación correcta. Más allá del necesario corsé ético personal y colectivo, nada. Ocurre que andamos escasos de ello.
Cómo si no asistir, tal cual está ocurriendo, impávidos -con la que ha caído encima de muchas personas, de muchas familias, por supuesto la gran mayoría humildes, de clase trabajadora más o menos acomodada- a ese ejercicio hipócrita e hiriente, de todo un ministro del gobierno de España, que se atreve a decir, en tono burlesco, además, que se han "pasado cuatro pueblos con la austeridad", sin que un clamor colectivo exija responsabilidad y dimisiones, sin que el próximo 26 J esta caterva de impresentables, frívolos con las penalidades de millones de ciudadanas y ciudadanos, quede fuera del gobierno y de manera residual (siempre habrá gente de posibles interesada en mantenerlos ahí) en el Congreso.
Qué hace falta, aparte burlas hirientes como esta, aparte de las medidas a que esa burla se refiere (que han empobrecido a la inmensa mayoría de españolas y españoles), aparte la corrupción, aparte la pérdida de derechos y el desmantelamiento de buena parte del Estado del Bienestar, aparte la falta no ya de solidaridad, sino de mínima justicia para con las personas que huyen de conflictos y tienen todos los derechos como refugiadas... ¿Qué hace falta? A esa pregunta tengo al menos una respuesta sobre lo que estoy seguro de que sobra: sobra cobardía.
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