domingo, 2 de octubre de 2016

TOCA RESPONSABILIDAD

¡Ya basta! ya hemos dado suficiente espectáculo. Difícilmente vamos a olvidar este 1 de octubre pasado. Con todo, debe servir, esencialmente, para aprender. Se han hecho muy mal algunas cosas, por parte y parte sin duda. Pero ya se tomó una decisión. Gustará a una posición, más que a otra, pero ha sido tomada en el máximo órgano entre Congresos, en un clima de mucha tensión, esta claro, y no obstante de manera democrática. Ahora no es momento de reproches, nunca fue tiempo de insultos. Si nos queremos izquierda, una cosa nos debe definir, nuestra capacidad de argumentación en el debate, por duro, por crispado, por irritante que pueda llegar a ser, por mucho que haya en juego. Si perdemos esa herramienta, columna vertebral de un proceso participado de toma de decisiones, estaremos cavando un pozo profundo.

El PSOE no se acabó ayer (parafraseando a nuestra Secretaria General de Andalucía, el PSOE es mucho PSOE). Sin embargo, su prestigio, su credibilidad, se han visto seriamente comprometidos y habrá ocasión de comprobar el daño real. Ahora bien, si lo que se quiere es seguir contando con un instrumento de defensa de los derechos e intereses de la mayoría de la ciudadanía, frente a la desigualdad, a la ausencia de libertad y de derechos, habremos de hacer un esfuerzo renovado por recuperar (más pronto que tarde pues la gente necesita a este partido) nuestra capacidad de proyectar esperanza, no con la demagogia como algunas organizaciones lo hacen, sino con un proyecto mejorado, adaptado a los nuevos tiempos y sus circunstancias, que, desde la defensa de los valores que nos identifican apunte un camino nuevo hacia el progreso y la justicia social.

Hay mucha inteligencia en nuestra organización, y mucha entrega, y mucha honradez. Manan de una militancia comprometida y dispuesta a continuar la pelea (nunca entre nosotros) contra los postulados de la derecha, los intereses que representa y las medidas que toma para conservar (y aún incrementar) la desigualdad que deriva de los privilegios.

Quedan aún, por delante, momentos complicados. Los resultados electorales son obstinados y ya nada podemos hacer por modificar los que fueron.  Si como afirmo, toca aprender, toca poner de nuestra parte todo lo posible para cambiar esa deriva de pérdida de apoyo constante en que nos hemos instalado. El respaldo electoral no es un fin en sí mismo, no es algo que sirva para engrandecer a tal o cual líder dentro de la organización, es el mandato para cumplir nuestro contrato con la gente. Su dimensión es lo que nos proporciona la medida de nuestra fuerza para lograrlo. Por eso, porque se lo debemos a las ciudadanas y ciudadanos, que nos tienen por su principal baluarte, toca responsabilidad. Toca recuperar el respeto, restablecer el vínculo. Solo así, lograremos proyectarnos como lo que realmente somos: una unión de personas que cree, por encima de todo, en la justicia y la libertad y que lucha, cada día, en cada rincón, con cada hecho, por extenderlas al conjunto de la humanidad.

Orgulloso de ser socialista y dispuesto a continuar trabajando, esforzándome, por hacer realidad nuestros postulados. En ese frente, siempre me encontrareis. 



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