jueves, 1 de mayo de 2014

UNO DE MAYO

En plena aparente victoria de la derecha política financiera, con Rajoy "muy contento", hay que entender que después de haber conseguido sus objetivos, las organizaciones sindicales UGT y CCOO siguen llamando a trabajadoras y trabajadores, estén en activo, en desempleo, en situación de jubilación, a manifestar su claro rechazo a las medidas que se han tomado, que se están tomando, y a sus consecuencias. Se pierden empleos, pierden calidad los que quedan, se pierde protección social, se pierden derechos, se aumenta la desigualdad, se incrementa la pobreza... Hay motivos para la lucha.

Mucha gente, de esa que pierde su empleo, o calidad en el que mantienen, o ha perdido la protección social, o derechos, o son más pobres, no solo renuncian a manifestarse, a luchar por todo lo que les quitan, sino que ven con malos ojos que otros lo hagan. Han perdido a sus ojos la legitimidad para la protesta, o lo que puede ser aún peor, nada de todo esto les interesa.

Quienes están en desempleo, o explotados en empleo precario, o sufren cualesquiera de los efectos de las políticas del PP y renuncian a la lucha, más allá de aquella que pueda conducirles de manera individual a una salida personal, no creen, no han creído nunca o perdieron la confianza por el camino en las organizaciones sindicales. Creo que buena parte de la aparente victoria de la derecha político financiera tiene como sustento ese haber conseguido que muchos trabajadores y trabajadoras, muchos ciudadanos y ciudadanas, hayan dejado de ver a las organizaciones sindicales como lo que son, una herramienta esencial para el logro COLECTIVO de mejoras, de derechos, de igualdad, de justicia social.

Reconozco que la aparente victoria de la derecha político financiera es también aparentemente clara. Ha ocurrido otras veces. Pero la búsqueda del ideal de justicia social nunca muere. Todo lo más, como el agua, buscará los recovecos para lograr sus objetivos. Por eso expreso todo mi respeto, toda mi admiración, por quienes continúan, desde una profunda honestidad, desde un convencimiento personal íntimo e intenso, dando buena parte de su tiempo (o sea de su vida), de su esfuerzo, por lograr para TODAS Y TODOS esa igualitaria justicia anhelada. Y comprometo una vez más mi modesta participación activa en esa lucha. ÁNIMO, FUERZA, VALOR para cada uno de los 365 primeros de mayo de cada año.


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