martes, 25 de febrero de 2014

¿PODEMOS, DE VERDAD, SEGUIR IMPASIBLES? EL INFORME INTERMON OXFAM

Como verdades que nos golpean en la cara con contundencia: las 85 personas más ricas del mundo poseen en conjunto la misma riqueza que la mitad más pobre del planeta (3500 millones de personas). Casi la mitad de la riqueza mundial está en manos de solo el 1% de la población. La riqueza del 1% de la población más rica del mundo asciende a 110 billones de dólares, una cifra 65 veces mayor que el total de la riqueza que posee la mitad más pobre de la población mundial. Ahora, aquí hay que pararse y releer esos datos. Hay que releerlos porque la dimensión de lo que significan debería provocar un zamarreo en nuestras conciencias que, ojalá, nos despertara de este sopor (inducido pero aceptado) en el que estamos instalados. 

Mucha gente en el planeta se muere de hambre, en tanto las diferencias entre pobres y ricos se acrecientan de manera escandalosa. Y nosotros, desde nuestra orilla, también con problemas, qué duda cabe, les tiramos piedras, pelotas de goma, les  colocamos barreras dolorosamente franqueables, franqueables con dolor y desgarro...

En España, la riqueza de las 20 personas más ricas es equivalente a la renta del 20% de las personas más pobres. Entre 2011 y 2012, el índice Gini, que mide la desigualdad, ha subido a su máximo histórico y coloca a España como el segundo país más desigual de Europa, solo por detrás de Letonia.

Esto no puede seguir así. Intermón Oxfam hace una serie de recomendaciones para variar el rumbo de la política hacia una reducción de la desigualdad, pero esas orientaciones, dirigidas a los participantes en la Cumbre de Davos (esa ciudad suiza donde se reúnen los poderosos del planeta) no van a ser oídas, los ricos no van a dejar de ampliar sus privilegios a costa de los pobres, no si no es por algún motivo, por alguna razón que les obligue. Ahora se trata de que cada una de vosotras, cada uno de nosotros, piense, en conciencia, qué puede hacer para cambiar las cosas. Igual nos vemos en la calle. Al fin y al cabo, desde ahí alcanzamos cada conquista. Si, esas que ahora perdemos a chorro por acción de la derecha.


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