sábado, 12 de abril de 2014

DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN

Dirigido por los profesores Walter Federico Gadea y José Ordoñez, de las Universidades de Huelva y Sevilla respectivamente, se ha celebrado en la UNIA, Sede Iberoamericana de La Rábida, el curso titulado "Democracia y Participación". Tema de extraordinario interés en unos momentos como los actuales en que la palabra "desafección" es utilizada constantemente para referirse a la relación de la ciudadanía con la "política".

La presencia de renombrados especialistas, y, en especial, del profesor doctor Ernesto Laclau, un teórico político del llamado post marxismo, con amplia experiencia académica y en el asesoramiento a diferentes dirigentes políticos tanto de su país natal, Argentina, como de su patria de acogida, el Reino Unido, ha dotado al encuentro formativo y de reflexión, de un alto nivel de debate y, cómo no, de aprendizaje para quienes nos acercábamos más desde la vertiente de la gestión política concreta, como es mi caso, frente a un grupo de filósofos y psicoanalistas, cuyas propuestas se enmarcaban, aunque no en todos los casos, en un ámbito más académico, más teorizante.

Más allá de las diferentes temáticas que se han tratado y que intentaré ir desgranando, quisiera poner el acento en esta primera entrega en una cuestión de base. Se hace necesario, y en ese sentido he pedido al profesor Gadea que organice, si cree conveniente, un encuentro específico entre lo que podríamos denominar la vertiente teórica, académica, y la que incluye a quienes están en la praxis política y/o institucional. Me parece absolutamente necesario ese flujo bidireccional de ideas, de propuestas, de criticas, de pensamiento... con objeto de avanzar en aquello que, sin duda, constituirá un objetivo común: aportar a la sociedad vías, acciones que faciliten un progreso igualador, justo, humano...

Creo que quienes nos dedicamos a la gestión política tenemos la obligación ineludible de formarnos, y hacerlo en una dimensión dialéctica, desde la ideología sin dogmatismo. 

Lamentablemente eso no parece ocupar un lugar preeminente en las prioridades del colectivo aludido. Es un craso error. Y se nota, vaya si se nota.



Nota: con mi agradecimiento al Dr. Walter Federico Gadea, a la Vicerrectora Dra. Yolanda Pelayo Díaz y a cuantos han hecho posible este curso. 

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