Suele ocurrir, seguramente no solo en esta bendita tierra, pero sobre todo, que los espacios públicos destinados al disfrute de la ciudadanía, y, en particular, aquellos que implican un encuentro con la naturaleza, sufran un proceso de abandono, por parte de los responsables institucionales de referencia, proporcional al inicial empuje para su puesta en marcha. Se destinan cantidades significativas de presupuesto público, se hacen las fotos de rigor y, después, si te he visto, no me acuerdo.
Podría acompañar esta entrada (dicen que si no las llevan no llaman la atención) con diversas fotografías que ilustrarían a la perfección el grado de abandono que sufren en este momento, tanto el Parque Moret de Huelva capital, como el Botánico Celestino Mutis, en el marco incomparable de La Rábida. No caeré en la tentación. Esos mismos responsables saben, o debieran saber, cuál es el estado real de esos espacios que constituyen auténticos pulmones de los que no estamos precisamente sobrados. Debieran saber, y ese deber habría de ir acompañado del de un mantenimiento suficiente para conservar unas instalaciones, unos paisajes que merecen ser, no solo preservados, sino mejorados constantemente. La ciudadanía merece un respeto. Nuestra historia merece un respeto. Nuestro medio merece un respeto. Y, hoy por hoy, no se les da.
No negaré que hay una parte de responsabilidad en determinados individuos que atentan (se me hace difícil imaginar qué les puede impulsar a ello) contra esos espacios, contra el mobiliario de que se dota, contra las luminarias que permiten alargar el disfrute; individuos que ensucian sin la menor consideración hacia los demás... Actitudes reprobables, ciertamente, pero nunca justificativas de la dejadez que deviene en abandono. Hagan la prueba, dense un paseo por ambos parques, por cualquiera de ellos, por tantos otros que podrían servirnos de ejemplo..., gozarán sin duda de los paisajes y los elementos que los conforman (incluidos los vestigios históricos de enorme valor), al tiempo, se les partirá el alma de ver el estado en que se encuentran.
Parafraseando al Cantar: que buenos espacios públicos si hubiera buenos responsables políticos en las instituciones.